KID LOCO

Kid Loco, atmósferas con conciencia

         El chico loco, Kid Loco, llega esta semana desde Francia para presentar su segundo disco en solitario, tras muchos años en activo y trabajar como productor, remezclador y pinchadiscos.

– El nuevo disco, Kill Your Darlings, es mucho más pop-rock que el anterior, Grand Love Story, con más canciones cantadas. Al mismo tiempo, parece más cercano a la realidad.

– Desde luego que no es un disco hecho bajo la influencia del alcohol. Cuando estoy en el estudio, mis substancias tienen que ver más con el tabaco. Después del primer disco, iba a empezar con el siguiente rápidamente, sin saber cómo sería apreciado el anterior. Pasaba los días encerrado en el estudio. A continuación, nada salió como esperaba: la gente me pedía remezclas y estuve pinchando discos por todo el mundo. Incluso llegué a tocar en vivo con casi todo pregrabado. La situación no es hoy como hace cuatro años. Y sería estúpido hacer lo mismo. Con este disco y las actuaciones en directo me encuentro muy relajado. La gente no sabe qué esperar, así que juego con el elemento sorpresa. ¡Todavía no sé qué quiero, pero sé cómo conseguirlo!  

– La gestación de Kill Your Darlings te llevó mucho tiempo. ¿Sabías que tomaría una dirección más pop-rock o sucedió así?

-En ese período experimenté la teoría del caos en todas sus formas: mi brazo izquierdo escayolado dos veces, un órgano Hammond al que le costó tres meses llegar al estudio, instalaciones eléctricas incendiadas, una inundación… En cuanto a la dirección, siempre estoy intentando algo nuevo. Tampoco quería hacer un disco con voces diferentes, ya que esos discos parecen uno de éxitos, sin historia ni atmósfera. No representan ningún momento concreto. Es como los deportes en la televisión: puedes ver los goles o todo el partido. Tal vez el próximo discos sonará reggae… ¡No, tendrá que ser electrónico! 

– En esta ocasión has utilizado una voz de hombre (Tim Keegan) y has compuesto casi todas las letras. ¿Te sientes más expuesto o es simplemente otra parte de tu personalidad?

– No, no me siento más expuesto de lo habitual. Hoy es así y mañana será diferente. He sido un fan de la música toda mi vida: empecé con el punk y, cuando empezó a girar como un círculo descubrí el reggae, el soul y el rythm’n’blues. Después, descubrí el rock de los 60 y los 70’s, y llegué al hip-hop y a la música electrónica. Hoy me gusta la música y no sólo una clase de música, así que no me privo de lo que me gusta. Las letras siguen un patrón blues: hay una pregunta y una respuesta. Esa forma de escribir es perfecta para contar historias en las canciones. Pero puedes contar historias sin letras, y no me siento obligado a poner textos sólo porque una guitarra mata a los fascistas, como decía Woody Guthrie. 

– Se te considera un gran consumidor de música.

– Hace poco me metí en una tienda y compré los discos de Queens Of The Stone Age y At The Drive In, así que puedo comprar cosas de hard rock. Cuando estoy en Londres, cojo discos nuevos para mis sesiones. En otros lugares voy a los cajones de segunda mano. En Canadá puedes encontrar cosas asombrosas de easy listening: hace poco encontré una serie de doce discos cada uno para un signo del zodíaco. En Australia hay mucho jazz, etc. Hay muchos discos clásicos en otros estilos. ¡Ponme en la sección country y compraré algo! 

– Kill Your Darlings coincide con las elecciones en Francia. ¿Cómo ves tu país en unos años?

– Si escuchas Kill Your Darlings, el único debate sería la legalización de todas las drogas, lo que me suena como una utopía y algo no posible. Aunque tiene que plantearse el debate, incluso aunque nadie quiera hablar de ello. De todas formas, vivir en Francia no es lo peor del mundo, al contrario que los EEUU. Aunque si no tienes un techo, es igual de malo en cualquier parte: no se pueden establecer jerarquías en la pobreza. 

– Te has negado a tocar en Austria. ¿En qué otro país no tocarías?

– En los países en los que hay una guerra o un pro-nazi en el gobierno. Creo que eso resume mi opinión en general. 

– ¿Qué te parece el movimiento antiglobalización?

– La ley del empobrecimiento todavía está vigente: cuando la gente paga la factura por servicios privados, lo que se le devuelve es nada. Creo que la globalización no va a conducir a una mejor vida: tienes MacDonald’s, Toys’R’Us y todo eso en cualquier ciudad, y son lo mismo siempre. También la agricultura es intensiva y se modifican los alimentos genéticamente. Veo las cosas como Orwell. Y, además, ahora la policía usa armas para explicarnos que las cosas tienen que ser así, que no hay otra posibilidad. 

A veces, en tus discos, parece que hay toques de espiritualidad.

– No soy nada espiritual. Cuando era un niño, intentaron que creyera en Dios, pero no entendí nada: no encontraba diferencia con los dioses griegos. Nunca he sido católico y nunca he buscado la verdad en una religión como el budismo. Aún así, me gustan los ambientes, y para algunos temas más lentos, uso referencias indias, porque apelan a la imaginación. En música, se han encontrado doce estilos diferentes, y a mí me gustan los españoles e indios. 

Xavier Valiño

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