JOAN BAEZ

Joan Baez, la veterana sonrisa comprometida

 


Este viernes 5 de marzo, a las 22:00 horas, Joan Baez se presenta por primera vez en Galicia, en concreto en el Centro Cultural Caixanova de Vigo. Caracterizada por una voz potente, aguda, próxima a la de una soprano, Joan Baez, conocida como ‘La reina de la canción protesta’ o ‘la madrina del folk’, es la máxima figura de la canción protesta surgida en los años sesenta, al calor de la Guerra de Vietnam. Su repertorio, no obstante, abarca también lo puramente tradicional, el country y el pop-rock.

 

Su carrera comenzó en Boston, donde consiguió una gran repercusión con su actuación en el Newport Folk Festival de 1959. Como resultado de ello, grabó su disco de debut en octubre de 1960, titulado sólo con su nombre. Compuesto por trece canciones tradicionales, algunas de ellas baladas infantiles, sus versiones han resultado con el tiempo casi canónicas.

 

Entre 1962 y 1964, Baez fue el rostro popular de la música folk, siendo la estrella de festivales y giras y cantando en actos políticos, entre los que se incluyen la Marcha sobre Washington de 1963 por los derechos civiles. Durante este periodo, empezó a estudiar el trabajo de Bob Dylan y, paulatinamente, su repertorio se desplazó del material tradicional al socialmente comprometido, en consonancia con la emergente generación de artistas de los años 60. Vivió con Bob Dylan entre 1963 y 1965 y aún hoy la sombra de aquella relación la persigue, aunque ella ya lo superó hace mucho tiempo.

 

Como otros intérpretes de folk, Baez se vio influenciada por la aparición de los Beatles en Estados Unidos y por el folk-rock de Dylan y otros en los 60. Como consecuencia de ello, aumentó su instrumental, que hasta el momento se basaba únicamente en su guitarra acústica, llegando a usar una orquesta entera en Joan (1967). Continuó experimentando a finales de aquella década, como se comprueba en discos como Baptism (1968), en el que recita poesía, y en Any Day Now (1968), un doble disco de canciones de Dylan con ambiente de country.

 

A finales de los sesenta y principios de los setenta, Baez se centró en el pop-rock y empezó a escribir sus propias canciones para completar sus discos junto a alguna que otra versión, lo que culminó en el superventas Diamonds & Rust (1975), que fue seguido por el enteramente escrito por ella Gulf Winds (1976).

 

Por suerte, Baez no se siente como un personaje del pasado. Hoy tiene su propia página en Internet, donde publica poemas que algún día proyecta recoger en un libro, y tiene su propio myspace, su canal de youtube, su twitter… Ahora nos visita con su nuevo álbum Day After Tomorrow, su primera grabación en estudio después de cinco años. Joan trabajó en él con el productor Steve Earle y una veterana banda de bluegrass. El álbum contiene varias versiones de Steve Earle, Thea Gilmore, Patty Griffin, Diana Jones, Tom Waits o Elvis Costello.

 

 

Pero lo más importante es que está finalmente aprendiendo a divertirse. Ya no se trata de aquella militante izquierdista de voz cautivadora. Ahora Joan Baez es una mujer a la que no sólo le complace bromear, sino que no tiene reparos en demostrarlo. “Temía que si comenzaba a bromear la gente dejaría de tomarme en serio. No sabía lo divertido que era divertirse”.

 

Su voz se ha conservado perfectamente gracias a la práctica constante. De hecho, su destreza vocal en su último disco no tiene nada que envidiarle a la que demostró hace 48 años en un disco grabado en vivo, Joan Baez in Concert. Y ella explica por qué: “Tuve suerte los primeros 55 años de mi vida. Pero entonces, me di cuenta que no todo iba a ser tan fácil y comencé a tomar clases de canto. Y eso es lo que he estado haciendo: practicar, practicar, practicar”.

 

Su vida no siempre fue tan divertida. Baez recuerda una niñez solitaria, durante la cual mitigaba con música sus penas. “Tocar y cantar aliviaba mi soledad. Nunca tuve la menor intención de ser una estrella del espectáculo. Simplemente cantaba. Al comienzo cantaba sólo rhythm and blues. Y música pop. “Earth Angel” fue la primera canción que canté en público. Y entonces me mudé a Cambridge, cuando tenía 17 años, y allí fue donde comenzó el gran auge de la música folk”.

 

De Cambridge se mudó al Greenwich Village, el barrio bohemio de Nueva York, y de ahí se lanzó al estrellato musical y a su tormentosa relación amorosa con Bob Dylan, en 1960, documentada en la cinta Don’t Look Back. “Nos hemos encontrado por casualidad varias veces, en festivales de música folk. Nos reímos recordando los viejos tiempos”, asegura Baez.

 

Su fama la colocó a la cabeza del movimiento en contra de la guerra de Vietnam y en favor de los derechos civiles. Fue una militante tan activa que cuando quiso retomar su carrera musical hace ya unos años, “no sabía lo difícil que iba a ser convencer al público de que era algo más que una leyenda de los 60, aunque creo que lo he conseguido”.

 

Lo logró, en parte, gracias a una nueva generación de jóvenes compositores, que son los que le han servido de materia prima para algunas de las canciones de sus últimos discos. Joan Baez ha optado por interpretar música de otros no tanto para forjarse una nueva imagen, sino para escapar a la tarea de componer. “He escrito unas cuantas canciones bastante buenas en mi vida y he escrito unas cuantas bastante mediocres. Y realmente no es lo que más disfruto”.

 

Ésa es, por suerte, una de algunas cosas que sí han cambiado en la vida de Joan Baez, aunque otras permanecen inalterables, como era de suponer en alguien con una trayectoria tan comprometida. “Mis principios no han cambiado tanto… Sigo creyendo en la no violencia. La diferencia es que en los últimos años lo he dejado un tanto de lado por tener una carrera musical. Nunca lo había hecho antes, y creo que eso resulta evidente”.

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