JD MCPHERSON

JD McPherson, poder en crudo

 

 

Ha sido una de las mayores sorpresas de los últimos tiempos en el rock norteamericano de raíces. Su disco de debut, Signs & Signifiers, es reverenciado por un público falto de nuevos referentes y por músicos que han encontrado en él un espejo en el que mirarse. Estos días lo presenta por España, con un concierto en Compostela, Sala Capitol, el martes 15.

 

¿Cuándo te decidiste a convertirte en músico? ¿Hubo un momento específico, un disco o u artista que cambiara tu vida?

– Tenía 13 años más o menos cuando empecé con la guitarra, pero hasta que fui algo mayor no empecé con grupos y otros músicos. Recuerdo leer un artículo en una revista después de lo de Nirvana sobre el punk-rock cuando era un adolescente, algo que me atrajo; después compré tres casetes: Raw Power de Iggy & The Stooges, Mania de The Ramones (el recopilatorio) y Never Mind the Bollocks de The Sex Pistols. Después de escucharlos, quise tener un grupo de verdad. Era mucho más visceral que otras cosas de rock que había escuchado, y también más asequible. Empecé a aprender sobre el primer rock’n’roll, como por ejemplo Little Richard, un poco después; fue casi la misma experiencia.


Aunque se trata de tu disco de debut, has tocado en grupos durante bastante tiempo. ¿Puedes recordar tus inicios para quien no los conozca?

– Empecé tocando la guitarra para el grupo de country & western de mi amigo Dad, en el que hacíamos sobre todo canciones de Conway Twitty y Brooks & Dunn. Mi primer grupo se llamaba Slippy e hicimos dos conciertos. Sonaba como Hüsker Dü y Nirvana. Después tuve un grupo de punk/rock’n’roll llamado F.B.I., con guitarras altas y distorsionadas, un saxofón y un piano. Me uní a un grupo de Oklahoma llamado The Poison Okies y más tarde entré en The Starkweather Boys, un grupo de rock de raíces con músicos realmente buenos.


¿Sería tu estilo distinto si no fueses de Oklahoma?

– Seguro que sí: a todos nos afecta nuestro lugar de origen y la gente que nos rodea. Crecer en el campo seguro que me ha afectado positivamente, aunque no solo desde el punto de vista musical.


¿Siempre te has movido alrededor de la música que está muy influida por el rock clásico americano?

– La mayor parte de mi vida, sí. Pero mis primeras experiencias en el instituto fueron más punk rock porque aún no había descubierto el primer rock. Aquella música del principio fue muy experimental desde el punto de vista de los textos. Un material muy curioso.


Retro pero innovador. ¿Sería esa una buena descripción para la gente que aún no conoce tu música?

– ¡Sí, esa es la forma en la que me gustaría que se me considerase! Muchas gracias por ello.

Te gustan muchos estilos diferentes de música (Run DMC, Pixies, The Smiths, Little Richard, The Clash, Kraftwerk…) ¿Crees que todas salen a la luz en tus canciones?

– ¡Sí, aunque estoy seguro de que la mayoría no pueden encontrar algo de Kraftwerk en mi disco!  Pero me gustan mucho, mucho. Escucho “Computer World” todo el tiempo. Lo encuentro muy relajante. Posiblemente esas influencias se muestren de alguna forma muy tangencial. Espero que la gente pueda escuchar una composición ‘ecléctica’ en parte de mis canciones. Un día de estos, cuando esté tocando el riff que abre “Signs & Signifiers”, seguro que alguien entre el público se dará cuenta y empezará a cantar la letra de “How Soon Is Now?” de The Smiths.

 

 

En tu disco se puede escuchar rock’n’roll, rhythm & blues, soul, gospel, punk rock, rockabilly… Y es un buen disco para escuchar y bailar en tiempos turbulentos como estos ¿Era esa la idea?

– No puedo describir el nivel extremo de placer y gratitud que siento cuando alguien me dice que tiene una gran conexión con estas canciones. No puedo creérmelo. Sé que tocar estas canciones me hace feliz, y espero que haga felices a otros también.

Grabaste el disco completamente en analógico. ¿Es necesario para conseguir el sonido que buscas? Supongo que la grabación digital no es algo para ti.

– He grabado de las dos formas en el pasado, pero no hay nada mágico cuando te escuchas grabado con ese equipamiento entubado. Y si lo escuchas en cinta es… reconfortante. Estar cerca de esa clase de equipos analógicos ya te coloca en una cierta disposición de ánimo. Es como la diferencia entre tocar una Fender Broadcaster y algún tipo de guitarra Ibanez Steve Vai… Esos dos instrumentos producen un contraste muy grande en el sonido.


¿Te llevó tiempo encontrar el sonido con el que te sientes cómodo? ¿Empezaste queriendo ese sonido o tuviste que probar y equivocarte durante varios años hasta conseguirlo?

– Digamos que estoy más que contento de haber conocido a Jimmy Sutton y de haber grabado en su estudio, con todos esos músicos de Chicago.


¿Qué es lo que has descubierto desde que empezaste que ha marcado tu evolución como músico?

– Las canciones son lo más importante. El sonido, el equipo… Todas esas cosas son secundarias. Al mismo tiempo, el espacio en la música es muy importante: no tocar tantas notas como puedas, sino que hay que dejar espacios entre las notas.

¿Qué artistas de hoy en día nos recomendarías?

– Hay un grupo en Tulsa que me encanta, Broncho. Suenan como The Replacements cruzándose con The Damned y encontrándose con el primer disco de The Strokes. Tienen un tema titulado “Try Me Out Sometime” que me fascina. Lo escucho una y otra vez. Todo el mundo debería conocerlos.


Hablando de tus conciertos en España en los próximos días, ¿qué podemos esperar? ¿Alguna canción nueva, alguna sorpresa?

– Podréis oír todo el disco, con los músicos que tocaron en él. Hacemos también canciones muy buenas del primer R&B. En uno de los conciertos haremos algo especial con “A Gentle Awakening”. Pero tendrá que ser una sorpresa y no diré en qué concierto.


Finalmente, ¿cuál ha sido hasta ahora la mejore anécdota en la música?

– Lo primero que me viene a la cabeza… Tuve una conversación por teléfono con un ejecutivo de una gran multinacional americana hace un tiempo. Mientras hablábamos, todo el tiempo sonaba como si estuviera masticando pipas de girasol: mastica, traga, mastica, traga, mastica, traga, ESCUPE, mastica, traga… Todo el tiempo. Fue muy desconcertante.

 

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