JANET JACKSON

Janet Jackson, la hermana gana

 

Janet Jackson siempre ha pensado a lo grande, aunque hasta ahora no haya conseguido encontrar su voz y su momento. Desde que apareció hace una década, sus discos –Control, Rhythm Nation, Janet, Design Of A Decade– han sido acontecimientos internacionales, en los que se refleja plenamente una necesidad de dejar expresarse a su alma. Poco a poco, y curiosamente gracias a su éxito, ha ido madurando como artista, a base de mostrar su fuerza como cantante, compositora y escultora de formas musicales con base bailable, proporcionándole una libertad que se siente a la vez como excitante y fresca. The Velvet Rope significa su liberación total, expandiendo sus músicas a registros más amplios y confesándose al mundo en unos textos que ya no tienen nada que esconder.

 

The Velvet Rope significará cosas diferentes para gente distinta», dice Janet Jackson. «Para mí se convirtió en el concepto que me permitió poner en palabras y música todo aquello por lo que he pasado. Y eso quiere decir que se trata de mi disco más personal».

 

No ha sido fácil llegar hasta aquí, y así lo confiesa. «Cuando me preguntan cuánto tiempo me ha llevado hacer The Velvet Rope digo que 31 años. Mi vida. En este disco me he planteado cosas que no me había planteado antes. Como todo el mundo, he pasado por períodos de gran tristeza. Nunca indagué profundamente en el dolor de mi pasado, nunca intenté entenderlo y superarlo. Es algo que he evitado. Pero ahora tenía que enfrentarme a ello».

 

El título –La cuerda de terciopelo– ya predispone y tiene su explicación. «Todos hemos pasado por esas discotecas o clubes en los que la cuerda separa a los que pueden entrar de los que no. También tenemos esa cuerda dentro de nosotros, no dejando que otros conozcan nuestros sentimientos».

Y las canciones son una especie de exorcismo interior. «En este disco trato de explorar y exponer esos sentimientos. Os estoy invitando a que traspaséis mi cuerda de terciopelo. Tengo necesidad de sentirme especial y vosotros también. Compartimos una necesidad asfixiante de encontrar nuestro sitio. En mi vida he estado a ambos lados de la cuerda. A veces, especialmente durante mi niñez, me sentí abandonada, sola e incomprendida. Eran ocasiones en las que iba al jardín a hacerles confidencias a mis perros. A través de ellos me parecía estarle hablando a Dios. Pero ningún ser humano escuchó esos sentimientos. Permanecieron enterrados en mi pasado. La verdad tenía que salir y, para mí, la verdad tiene forma de canción».

 

Ahora la voz muestra sin temor cómo Janet Jackson se somete a un minucioso examen. «Todos construimos versiones ficticias de nuestras vidas, en las que hay que expresar dudas, ya que al final tenemos que tomar la responsabilidad nosotros mismos sobre lo que hemos hecho y adónde vamos».

 

         La vulnerabilidad es la cualidad esencial de «Got ‘Til It’s Gone», el primer single, con un sampler de Joni Mitchell y la colaboración de Q Tip, el rapero de A Tribe Called Quest. «Cuando era niña, adoraba los discos de Joni Mitchell. Junto con Stevie Wonder, las canciones de Joni me hablaban de una forma íntima y personal. Q Tip representa todo lo que el rap tiene de creativo. «Got ‘Til It’s Gone» es como una gran lección aprendida: aprecia lo que tienes mientras lo tienes. En mi vida trato de no dar nada por hecho, incluso aunque no siempre tenga éxito».

 

«My Need» se centra en describir una obsesión. «Reclamar la atención puede ser obsesiva. Y las obsesiones sexuales son las obsesiones más poderosas de todas: cuando lo ves, cuando no sabes quién es, pero te preguntas cómo es, y cuando lo quieres. Canto sobre la necesidad de satisfacerte a ti misma». Y «Rope Burn» va más allá: «La expresión de las fantasías sexuales puede ser hermosa si hay confianza, amor y comprensión. Forzar los límites del placer es excitante. La intimidad real es el mayor estímulo que conozco».

«Anything» celebra esa satisfacción. «A algunos les gusta dar placer a los demás. A otros que se lo den. Y a otros las dos cosas. En esta canción el placer se trata de querer a alguien mucho, sentir esa entrega, que su placer te satisface a ti, te excita hasta el punto de que harías cualquier cosa. Estás deseando llevarlo más allá de lo que has ido nunca».

 

Pero toda relación tiene sus riesgos. «Creo que tenemos otras vidas. No creo en el fin de la muerte. Quería escribir sobre amigos que han muerto de SIDA, pero sin ser triste o lastimera. Quería celebrar su espíritu. Me alegra que «Together Again» sea eso: una celebración, una confirmación de que la energía del amor nunca morirá».

 

La música de baile sigue estando presente, y hay una razón. «El baile es una terapia. Me gusta escribir y cantar canciones que te hagan mover, te suban la moral y te saquen de ti mismo. Hay ocasiones en las que llamo a un amigo y nos vamos a bailar. «We Go Deep» trata de prepararse e ir allí simplemente por pura diversión».

 

«Free Xone» es otra clase de viaje. «Habla de la homofobia y el dolor que causa. Lo que contrasto es los prejuicios sexuales con la libertad de ser quien eres. Aceptar tu mundo y vivir en un mundo -una zona libre- en el que la gente te acepta. Algunos creen que es idealista imaginarse un mundo en el que manda el amor, pero una canción es el lugar perfecto para ser idealista. Una canción es el vehículo perfecto para mantener nuestras esperanzas».

 

Y hay una sorpresa final. «Incluí un tema escondido al final porque había algo más que quería decir. «Can’t Be Stopped» va dirigida a la gente joven a la que se desanima o discrimina, a los que son víctimas, a los que se les ignora o a los que se les hace sentir inferiores. Es una canción para los que tienen que tratar con un mundo racista e intolerante. Quiero que sepan que su fuerza interior es más poderosa que las presiones en contra de ellos. No dejéis que nadie os diga que no sois lo suficientemente fuertes».

Xavier Valiño

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