FATBOY SLIM

Fatboy Slim, hedonismo maduro

         Él es el gran nombre de la música de baile. Después de formar parte de Housemartins, Beats International y Freak Power y, sobre todo, de su exitoso disco en solitario You’ve Come A Long Way Baby todo el mundo esperaba su nuevo trabajo. Más comedido, más reflexivo, Fatboy Slim está ya mayorcito según para qué cosas.

 – Alguna  gente no ha quedado muy contenta con que emplees la voz de Jim Morrison en el single “Bird Of Prey”, ya que no admiten que se utilice a una leyenda para hacer música de baile.

          – Lo hice porque sonaba bien. ¡Lo siento! No pensaba que fuese una canción, sino simplemente tres líneas que cantaba en medio de un poema. Nunca haría una versión de “Riders On The Storm”. Pensaba que era algo bello que el mundo no había oído aún. ¡Qué me dejen en paz! Además, perdí el original porque era una copia pirata y el presidente de su club de fans me envió otra, así que tengo cierto crédito. Y, por supuesto, la familia de Morrison estuvo de acuerdo y les va a reportar mucho dinero. 

– ¿Sigues en contacto con los otros componentes de los Housemartins?

          – Acabo de trabajar en el último disco de The Beautiful South con Paul Heaton. Veía bastante a Stan Cullimore, pero ahora sus hijos son mayores y hablamos por teléfono. A Hugh Whitaker no lo veo desde que fue a la cárcel. Lo siento, Hugh, si lees esto. 

– Mientras estabas en Freak Power dijiste que estabas pasando la mejor época de tu vida, que las cosas no podían ir mejor. ¿Cómo te sientes ahora?

         Sí, eso parecía. Estaba pinchando en un club y mi novia Zoë venía y lo hacíamos en cualquier sitio, y pensaba que un día sería demasiado y mi cabeza explotaría por encima de los platos. Pero aún va a mejor. Profesionalmente me iba bien, pero mi vida estaba en el aire, digámoslo así. Pero ahora se ha aclarado y tener un niño es uno de esos momentos definitivos de la vida. 

– ¿Cómo crees que te afectará la paternidad?

         – Ni idea. No creo que puedas prepararte para ello. Si empiezo a escribir canciones para mi hijo, entonces matadme. Escribí una canción para mi mujer, pero es un tributo y no tiene letra. Ella me preguntó el otro día por qué no le escribía una canción y le respondí que yo no escribo canciones. Hay mucha gente que pierde el norte cuando tiene hijos. Mira a Paul McCartney cantando con un coro de ranas. También los hay que siguen haciendo cosas interesantes, así que ojalá no me convierta en un tipo amable. 

– ¿Pero podrás llevar una vida decente?

         Lo dudo, ja, ja. Me he calmado mucho desde que Zoë está embarazada y ya no bebo tanto. Pero una vida decente… dudoso. 

– ¿Cómo te sientes sabiendo que tu nuevo single se encuentra disponible  gratis en Napster un mes antes de que se edite?

        – Ambivalente. No me disgusta lo de Napster. Además, si quieres grabarte una canción, te la grabas de la radio o de un colega que te la deja. Es como aquello de que las grabaciones caseras están matando la música. En absoluto. No necesito dinero como para preocuparme por ello. Y no es que Metallica se estén muriendo de hambre: si no pudieran pagar los zapatos de sus hijos hasta puede que tuviera un punto lo que reclaman. 

– ¿Qué canción fuera del mundo del baile es tu favorita y por qué razón?

        – Me gusta “All I Wanna Do” de… ¿cómo se llama?… Sheryl Crow. Solía ser nuestro himno cuando volvíamos de las giras con Freak Power, si es que habíamos dado un buen concierto y con la música potente. Es la clase de canción que si pincho cuando estoy en un club a la mitad de la gente la vuelve loca y la otra mitad empieza a tirarme cosas. 

– ¿Puedes citar a los tres artistas más influyentes en tu música?

        – Chemical Brothers, Armand Van Helden y Groove Armada.  

– ¿Con quién sueñas colaborar?

          – La gente que ha colaborado en este disco, Macy Gray y Bootsy Collins se acerca mucho a mi ideal. Mi sueño siempre ha sido Sly Stone, pero investigamos un poco y su hermano nos dijo que no le interesaba este tipo de cosas. Pobre tipo: tiene un montón de problemas. 

-¿Es verdad que invitaste a Macy Gray a una comida de unas 100.000 pesetas para que colaborase en tu nuevo disco?

          – No, nunca la invité a ninguna comida. Le envié una tarjeta con un montón de esos smileys –muñequitos de cara redonda amarilla y con una amplia sonrisa, símbolo del house y del verano del amor del 88-. Ése fue mi único regalo. ¿Por qué quería trabajar con ella? Bien: me gusta su voz. Y no le va mucho todo lo del negocio musical. Me gusta su actitud y, además ¡huele bien! 

– Por último, ¿de dónde viene el título del disco Halfway Between The Gutter And The Stars A medio camino entre el arroyo y las estrellas-?

          – Creo que de un libro de un tal Will Self. Iba caminando por una calle de Hollywood y recordaba que en mi concierto de la noche anterior habían estado Brad Pit y Jeniffer Aniston. Después me tropecé con Bill Murray y me dije: “¡Diablos, estoy aquí. Esto es!”. Después empiezo a sudar y a temblar porque no he dormido en dos noches. Y más tarde pienso que puedes sacar a un chico del arroyo, pero no puedes sacar al arroyo del chico. Al final del día vi la frase y supe que era yo.

Xavier Valiño

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