FANFARLO

Fanfarlo, grandes ideas

 

 

 

Con dos discos, Fanfarlo se ha convertido en uno de los grupos más seguidos e interesantes de la escena independiente. El segundo, Rooms Filled with Light , lo presentan el viernes 19 en la Sala Capitol de Santiago. Hablamos con Simon Balthazar, su líder y cantante.

 

Rooms Filled with Light (Habitaciones llenas de luz) es una frase que encontré en un viejo cuaderno”, asegura el cantante y compositor de Fanfarlo Simon Balthazar del título del segundo álbum de la banda. “Para mí resume la creación, no la creación del mundo, sino lo que hacemos como personas. Parece que crear salas y llenarlas de luz es una actividad humana muy actual, fundamental. Crear todos esos pequeños mundos se relaciona con la experiencia de hacer arte o componer música”.


Este segundo disco de Fanfarlo tras su debut, Reservoir (2009), fue grabado por Ben H Allen (Deerhunter, Animal Collective) durante seis semanas en Bryn Derwen, un estudio ubicado en una remota y antigua cantera de pizarra en Gales. Simon recuerda que aquellas semanas fueron un tiempo idílico grabando y experimentando, seguido de comidas comunales cocinadas a fuego lento y madrugadas viendo películas antiguas. “Un día de excursión en las montañas de Snowdonia nos hizo recordar la película Los inmortales; también hubo canciones de cumpleaños y rituales extraños, tales como atacar con cuchillos pasteles de carne en la mesa de mezclas”. Sí, es justo el tipo de imágenes, raras en estos días, que se pueden encontrar en cualquier biografía de rock al uso: los artistas sintiéndose libres para vivir su música durante semanas.

Allí, las personalidades sorprendentemente diferentes que componen Fanfarlo se unieron en torno a las canciones de Simon que él había esbozado en su casa con una guitarra acústica y una caja de ritmos. Simon se muestra entusiasmado con la química de los cinco componentes: “Yo soy un chico de pueblo sueco con todas estas ideas hippies sobre el mundo. Cathy [Lucas] se crió en Bruselas. Justin [Finch] viene de Kent e iba mucho a las discotecas en Londres cuando era más joven. León [Beckenham] es más un músico de formación clásica. Amos [Memon] es mitad paquistaní y creció en Abu Dhabi; tuvo que aprender a tocar la batería clandestinamente cuando cuidaba las casas de los vecinos”.


Sus influencias musicales compartidas que dieron forma a Rooms Filled with Light parecen provenir tanto del espíritu de una época como de su sonido. “Para mí, un momento increíble en la historia del pop fue a finales de los 70,  principios de los 80, cuando los artistas que hacían música pop se planteaban hasta dónde les podía llevar su curiosidad. Hablo de gente como David Bowie, Talking Heads, Kate Bush o Scott Walker”, dice Simon, “o compositores minimalistas como Steve Reich y Phillip Glass, verdaderos héroes que también dejaron su huella. Estábamos buscando una nueva forma de utilizar los instrumentos acústicos y orquestales, y empezamos a plantearnos si no sería estupendo poner un contrapunto o usar los violines y los tambores de una manera nueva”.

 

Estas nuevas texturas permitieron a Fanfarlo crear un reflejo melódico apropiado para el material lírico de sus canciones. Así en el reciente single “Replicate”, que abre al álbum, las cuerdas reflejan el tema de la letra, la mutación de un virus visto a través de un microscopio. “Usé imágenes de virus replicantes”, dice Simon de la letra de la canción. “Mi hermana es microbióloga y trabaja con vacunas, y hablo con ella mucho sobre su trabajo con virus. Son realmente fascinantes, porque son un tipo de vida pero, al mismo tiempo, no lo son”.


Con una voz que suena cada vez más segura, con ecos de David Sylvian o David Bowie, las letras de las canciones de Simon exploran temas inspirados por sus lecturas compulsivas que van del poeta checo y científico Miroslav Holub a Camus, pasando por el poeta estadounidense Kenneth Patchen. “La mayoría de lo que escribo tiende a ser meditaciones un tanto extrañas sobre algún tema”, dice Simon. “El tema general de este disco viene a ser algo así como: “¿Dónde coño estamos y cómo hemos llegado hasta aquí?”. No hay más que ver lo extraño que es el mundo. Quiero que la música hable de las grandes ideas. Quiero que la gente escriba canciones acerca de la mecánica cuántica, las galaxias lejanas y el interior de la tierra. No entiendo por qué la gente quiere escribir canciones acerca de relaciones sentimentales, ya que muy rara vez encuentras canciones de amor interesantes”.

 

“Tunguska”, por ejemplo, es una canción con un saxofón que conduce un swing rítmico y que recuerda en realidad un incidente de 1908, cuando un cometa explotó justo encima de Siberia, arrasando cientos de kilómetros de bosque a la redonda. Está escrito, dice Simon, desde “la perspectiva de alguien que apoya incondicionalmente a ese cometa, un aficionado a las historias del fin del mundo”. “Bones”, por su parte, es un guiño a la tradición de las baladas sobre crímenes, cantada por “alguien que encuentra significado a su vida viendo su nombre en los titulares, y la única manera que tiene de llegar a la fama es matando a la gente”.


Rooms Filled with Light es un álbum de contrastes, con canciones pop de cámara, infecciosas como los virus que son objeto de “Replicate”, que sostienen letras audaces. ¿Cuál es su secreto? “Algo que sucede a menudo cuando organizamos las canciones”, explica Simon, “es que nacen en un dormitorio, en estado bruto, y empiezan siendo oscuras aunque con melodías agradables. Cuando nos juntamos y las tocamos con la banda, florecen y se vuelven más edificantes en la superficie. La mejor canción tiene que atraparte con el encanto de una melodía dulce y seductora y, luego, cuando esté menos te lo esperas, te sacude. Debe de tirar de la alfombra que hay bajo tus pies”.
 

 

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