EL COLUMPIO ASESINO 2008

El Columpio Asesino, de la sangre a la gallina

 

Son uno de los proyectos más personales del Estado. Con su primera maqueta ganaron varios festivales, entre ellos el convocado por el Festival de Benicassim. Después vinieron dos discos intensos y eléctricos –El Columpio Asesino (2003) y De mi sangre a tus cuchillas (2006)-. Ahora, con menos ferocidad, pero igual intensidad, y un sonido muy especial, editan La gallina, un álbum que presentan el sábado 24 en la Sala Karma de Pontevedra.

Con La gallina, ¿se puede hablar de menos densidad, menos ferocidad en el sonido, pero igual de intensidad en las canciones?

– Sí, puede ser. Creemos que es un disco que respira mejor, hay más aire. Esta vez hemos buscado la intensidad mediante otros recursos a los que tal vez empezábamos a acostumbrarnos y, de alguna manera, sentíamos que teníamos que reinventarnos en el estudio.


Ahora tenéis un sonido más complejo, incluso más singular, más propio. ¿Fue premeditado buscar algo así?

La verdad es que nunca partimos de un plan preestablecido. Nuestra manera de trabajar tiene más que ver con la búsqueda que con el seguimiento de unas pautas. No sabemos funcionar de otra manera y solemos sorprendernos de los rumbos que toman las canciones. Además resulta más excitante.


Parece como si os hubierais planteado el reto de conseguir sorprender, supongo que antes que nadie a vosotros mismos, y ver hasta dónde podíais llegar, ¿no?

En la canción “México” se escucha: “para salvar mi vida debo acabar con ella”. Estamos muy contentos de los anteriores trabajos, pero hemos procurado partir de cero en La Gallina.


¿Qué queda, según vosotros, de vuestros dos primeros discos?

La intensidad, las ganas de experimentar y la ilusión por hacer y tocar canciones.


A pesar del nuevo sonido, seguís contando con el mismo productor. ¿Se puede considerar un miembro más de la banda?

Absolutamente. No se entiende la evolución del sonido de la banda sin la participación de Iñaki de Lucas. Creemos que hemos logrado junto a él la mejor producción hasta la fecha. Ahora él estará a los mandos en la mesa de sonido en nuestros directos.


Destaca la incorporación de la voz de Cristina. ¿Cómo os lo planteasteis?

Cristina ya había colaborado en el anterior trabajo, De mi sangre a tus cuchillas, y en La Gallina volvimos a contar con ella. El hecho de que en este álbum las voces hayan cobrado mayor importancia, unido a que necesitábamos un teclista, nos llevo a pedir Cristina su concurso para los directos. Ella, a pesar de que nunca había tocado los teclados, aceptó entusiasmada y ya está en la banda. Es muy valiente.


En los textos parece que os preocupan más las cosas más cercanas que los grandes temas sociales. ¿Es difícil hacer un texto bueno de ese tipo?

Pienso que lo público y lo privado, lo social y lo personal, están íntimamente ligados. Uno puede hablar de sus cosas y, a la vez, reflejar un cierto estado de las cosas. No de una manera explícita, pero sí como una corriente de fondo que lo nutre. Hacer un buen texto sobre los grandes temas sociales, además de ser difícil, creo que es tarea de sociólogos, filósofos, políticos y tertulianos.


¿Ha cambiado para vosotros en estos años lo que queréis contar con vuestras canciones o la forma de hacerlo?

No de una manera consciente, pero seguro que ha cambiado. Tanto la música como las letras tienen un proceso de creación más físico que intelectual en el sentido que un eructo es más físico que la frase ‘pásame la sal, por favor’, que sería más propia del intelecto.


¿Quiénes serían los referentes anteriores de El Columpio Asesino y los de ahora? Estaría bien que citarais al menos un nombre por cada disco.

Death in Vegas y Air para el primer disco; The Clash y Pixies para el segundo; y Tom Waits y David Bowie para este último, por ejemplo.


¿Seríais capaces de decir en algún momento qué canciones os han servido de inspiración para alguna de las vuestras?

– “I´m Waiting For The Man” de la Velvet Underground para “Your Man Is Dead”, cualquiera cañera de los Pixies para “El retorno del evangelista” y alguna de la época Ziggy Stardust de David Bowie para “El destacamento”, por ejemplo.


¿Qué tal la experiencia de tocar en México?

Brutal, es un público fenomenal. El hombre de Astro en México, Francisco J. Koloffón, llevaba tiempo queriendo llevarnos de gira a su país. En el 2007 esto fue posible. Fueron dos conciertos en el D.F., uno el Hard Rock Live y otro en el mítico Foro Alicia. También volamos a Guadalajara para tocar en una sala llamada La Mente. La experiencia fue muy intensa y gracias a estas actuaciones conseguimos la invitación para participar en el Vive Latino 07, uno de los festivales más importantes de América Latina, donde también tocaban bandas como Café Tacuvba, Zoé, Gustavo Cerati, El TRI o nuestros amigos San Pascualito Rey.


¿Y en China?

Pues el gobierno Chino canceló el festival por temor a que fuera a haber protestas contra esas competiciones deportivas de ámbito internacional que tan buen nivel de audiencia cosechan en la tele y en la que todas las naciones y razas compiten sanamente entre sí por el mero interés de ver quién es más veloz, resistente o fuerte.


¿Algún descubrimiento musical reciente?

– Los mariachis nos flipan, igual tiramos por ahí para el siguiente disco…


¿Es posible para un grupo como vosotros vivir de la música o pensáis que es mejor tener un trabajo al margen?

Todavía no es posible para nosotros vivir de la música, pero quién sabe si esta gallina nos puede dar de comer, unos meses aunque sea.


Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de estos años en la música?

En el Festival Internacional de Benicassim de 2003 me colé en el baño por delante del mánager personal del asistente del guitarrista principal de un grupo estadounidense que se enfadó mucho, casi me pega.



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