EDWYN COLLINS

Edwyn Collins, triunfo de la constancia

 

         Desde Escocia para el mundo. Con amor, sobre todo. Por que el bueno de Edwyn Collins lleva tanto tiempo en el mundo del pop que nada puede sorprenderle ya. Empezó a principios de los 80, encabezando el emergente pop escocés. Tenía entonces su propio grupo, Orange Juice, y grababa para el sello Postcard, al mismo tiempo que bandas como Aztec Camera o Prefab Sprout. Sus melodías pop pasearon por cinco discos y un recopilatorio, titulado The Esteemed, The Very Best Of…, un disco imprescindible para quien quiera conocer los albores del pop escocés o los antecedentes del propio Edwyn Collins.

 

         Cuando la banda se disolvió por falta de repercusión, nuestro héroe de cara aniñada decidió lanzarse en solitario, aunque desde hace ocho años se lo toma con cierta calma. Tras sus primeros singles llegó Hope & Despair, en el 89, y Hellbent On Compromise, un año después. A finales del 93 estaba grabando Georgeous George, un disco que vería la luz a principios del 94. Por aquí, la independiente Running Circle se encargó de editarlo, aunque sin mucha fe en él.

 

         Más de un año después, la exquisita canción «A Girl Like You», con ese imaginativo riff de guitarra y una base rítmica heredera de la mejor época soul de la Tamla Motown, empezó a encontrar su hueco en las emisoras y las listas. Por lo que Georgeous George, el disco que editaría de nuevo Virgin, se convirtió en uno de los discos de más larga vida de los últimos tiempos, al igual que sucedió con Selling The Drama de Live, el Ingenue de k d Lang o los últimos de R.E.M. Nada que pueda sorprender al bueno de Edwyn Collins, que sabe que no es un disco de una sola canción, ni un producto de las modas y que toda su obra tiene, cuando menos, el mismo valor.

Xavier Valiño

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