DORIAN

Dorian, la playa bajo el asfalto

 

         Tras un primer álbum que demostró que por aquí se puede hacer ritmos de baile con letras que se entiendan y con contenido, 10.000 Metrópolis, y un posterior álbum de remezclas, los barceloneses Dorian expanden y extienden su fórmula en El futuro no es de nadie.

 

¿Cómo fue con el disco de remezclas? No es nada habitual por aquí, y menos en un grupo con un fuerte componente electrónico. Tal vez el antecedente más claro sea el de Sexy Sadie.

         – La idea surgió en el Nitsa Apolo de Barcelona. Conocemos a todos los dj’s de su plantilla y a toda la gente del Razzmatazz, así que estaba a huevo. Nos apetecía que nos enseñaran las posibilidades de nuestras propias canciones, mostrándonos nuevos puntos de vista.

  

De nuevo, en este segundo disco, las voces están en un primer plano, algo que creo que se debe aplaudir. Supongo que es algo premeditado. ¿Por qué?

         – Es cierto que en España no se hace mucho eso de poner las voces por delante. Nos apetece que el oyente disfrute de las letras y de las melodías vocales sin tener que poner la oreja para descifrarlas.

 

Me gusta, también, que os acercáis sin complejos a la política, a la situación social de los jóvenes. ¿Le teníais ganas al tema?

         – Sentíamos la necesidad visceral de hablar de las cosas que nos molestan, como el precio de los pisos, la especulación o buena parte de la clase política. Surgió como algo natural. Sabemos que no es muy habitual en bandas de pop o pop electrónico, pero nos tiramos a la piscina.

 

¿Estáis tan cabreados como parece desprenderse de alguna de las canciones?

         – Desde luego. En España están pasando cosas intolerables. Los contratos basura, la falta de perspectiva de futuro, el precio de los pisos, son obra de las malas políticas sociales y de una justicia que no se atreve a formular leyes para parar todo eso. Mandan los de siempre…en la sombra.

 

Me gusta mucho, entre otras, “La playa bajo el asfalto”. ¿Qué nos podéis decir de ella?

         – Es un humilde homenaje de Dorian a todos aquellos que salieron a la calle a protestar en el mayo francés del 68. No fue una revolución, pero sí cambiaron muchas cosas, entre ellas, la situación de la mujer, de los gays etc.

 

Sin embargo, esas preocupaciones se muestran de una forma más bailable que en el primer disco, ¿no?

         – En el último año hemos tocado mucho en clubes y festivales a altas horas de la noche, horas en las que el público exige baile, así que fuimos orientando el repertorio hacia ahí. ¡Nos  apetecía mucho!

 

Creo que ha quedado perfecta la combinación de máquinas y los otros instrumentos. ¿Costó? ¿Cuánto se le debe a la producción?

         – Hemos estado once meses grabando este disco, no cada día pero sí de forma muy intensa. Ha sido una labor muy dura. Se trataba de descubrir un nuevo sonido para Dorian que al mismo tiempo siguiera una línea cercana a 10.000 metrópolis.

 

¿Cómo intentáis conjugar la frialdad de las máquinas y la emoción de las canciones?

         – Con buenas melodías, arreglos electrónicos muy melódicos, y, a veces, guitarras, que combinan bien con las máquinas.

 

¿Y cómo os planteáis la estética y la imagen que quiere dar el grupo?

         – Para nosotros va todo ligado y, del mismo modo que cuidamos cada detalle de la música, también nos gusta cuidar cada detalle del disco, de la puesta en escena, de la ropa… Todo va unido.

 

¿Cómo os veis vosotros dentro de la escena independiente estatal?

         – Nos gustan mucho Delorean, Antònia Font, Astrud, Nacho Vegas…Todos ellos diferentes pero muy buenos. Dorian estamos un poco en medio.

 

¿Y cómo pensáis que se os ve?

         – El tiempo dirá. Creo que es pronto todavía para que se nos ubique.

 

Creo que vuestra música está a medio camino entre lo independiente y lo que puede triunfar en las listas. ¿Os parece así? No hay casi grupos en España en ese territorio tan complicado. ¿Cómo os planteáis el acceso al público?

         – Totalmente. Se puede ser mainstream sin dejar de ser independiente. En cuanto al acceso al público, la prensa, la radio, Internet y las giras son buenas armas para hacer llegar tu música. Hoy en día hay bastante chicha, ¿no?

 

Supongo que estaréis contentos de la promoción que os da Internet. ¿Le veis algún límite o todo son beneficios?

         – Internet nos ha ayudado mucho a darnos a conocer, es decir, que ha dado la oportunidad al público de escoger a Dorian porque lo habían escuchado previamente. Está bien.

 

¿Fue en los 80 donde se hizo la música más interesante cercana a vuestro estilo, de la que hay que aprender y mamar?

         – Radio Futura, Golpes Bajos, Nacha Pop y Aviador Dro eran grandes y siguen siéndolo. ¡Me olvidaba también de El Último de la Fila!

 

Además de la música, ¿qué otras influencias literarias o cinematográficas citaríais?

Julio Cortázar, Neruda, Proust, Virginia Wolf, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Carver, Almodóvar, la nouvelle vague…¡Son muchas!

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