CONVICTO

Convicto (La aventura audiovisual)

CONVICTO

Dos años antes de lo que le correspondería, un joven ultra violento es enviado desde un correccional de menores a la cárcel. Sabe que tendrá que hacerse un lugar en la selva, la misma jungla en la que ha vivido desde que nació, pero en este caso entre depredadores mayores que él y entre rejas. Sus diez primeros minutos, en los que el chaval fabrica armas con precarios objetos que usará bien pronto, son modélicos.

Con estos apuntes, parece que estemos ante un drama carcelario, algo a lo que Convicto no puede escapar pues toda su historia se mueve entre esas puertas giratorias del penal. Sin embargo, hay en la película del director británico David Mackenzie otros elementos que la elevan más allá de lo esperado, como sucedía también con la reciente Un profeta y distanciándose de lo planteado en Celda 211.

Para empezar, está la relación con el psicólogo que puede enderezar su rumbo bien planteada en el guion y mejor filmada. Pero está, sobre todo, la relación con su padre, interno también en la misma prisión, al que el protagonista no ve desde hace años. En el desarrollo de esa relación brutal la cinta se convierte también en un drama familiar en la que todos sus personajes, perfectamente retratados desde su inicio, tendrán un papel decisivo.

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