KT TUNSTALL 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 2005


KT Tunstall, física y química

 

“Bueno, KT sugiere algo más de actitud que Kate, que para mí suena simplemente a hija de granjero”, declara riendo. Ésa es KT Tunstall, una cantante que cultiva un estilo clásico en la tradición de Rickie Lee Jones, Carole King y Fleetwood Mac con un articulado, accesible e inmediato, preparado con raíces, melancólica incertidumbre y ambiente after-hours. O sea, lo último en una línea de cantantes y compositores escoceses contemporáneos entre los que están Texas, Travis, Teenage Fanclub y The Beta Band. 

KT se crió en la ciudad universitaria de St Andrew’s -“hermosa pero escondida, un poco burbuja”- y siempre supo que la habían adoptado cuando nació. “Crecí sabiendo que podía haber tenido un millón de vidas diferentes. Eso le da cierto misterio a tu vida y tu imaginación se desborda”. 

Su álbum de debut, Eye To The Telescope, es la consecuencia creativa de esa imaginación curiosa. “Mis canciones examinan y exploran pequeñas emociones específicas, situaciones o historias”, explica. “Son canciones de mesa de cocina, como una conversación entre otra persona y yo. Es casi como si hubieran enviado a un extraterrestre para recoger muestras de emoción de los seres humanos y reunirlas todas en un disco”. 

La cantante pasó su infancia en las montañas, alejada del mundanal ruido. En realidad, la música no fue nunca parte de la ecuación de su vida hasta que su hermano mayor le descubrió las delicias del glam metal. “Me sentaba fuera de su habitación y grababa su música a través de la puerta”. 

El primer disco que tuvo fue la banda sonora de La historia interminable, pero su favorito, por suerte, es Hunky Dory de David Bowie. “Su sonido me caló de verdad y despertó mi amor por componer música y por las cosas del espacio”, explica. “Cuando era niña me gustaban mucho los libros de ciencia-ficción. Mi padre era físico y solía llevarnos a mis hermanos y a mí cuando éramos pequeños a su laboratorio. Jugábamos con nitrógeno líquido y generadores Van de Graaff. Mi padre tenía las llaves del observatorio de la Universidad de St Andrew y nos llevaba allí en mitad de la noche para enseñarnos el Cometa Halley. Ésa es en parte la razón por la que el álbum se llama Eye To The Telescope (Ojo al Telescopio)”. 

La joven y activa KT empezó a estudiar piano, luego flauta y, poco a poco, su voz de cantante fue desarrollando su térrea individualidad. “Estoy convencida de que aprendí a cantar porque alguien me dio una cinta de Ella Fitzgerald: ella fue mi profesora de canto”. 

En su adolescencia, KT ya había empezado a escribir sus propias canciones, “pero sólo me salían esas tonterías de amor sensiblero. Era totalmente como un vómito de amor ñoño. Pero pensaba que estaba haciendo rock”. A los 16 años, empezó con la guitarra, aprendió ella sola con un libro de un músico callejero y la sensiblería dio paso a una revelación musical.  

Hambrienta de experiencias e independencia, ganó una beca para ir a la Kent School en Connecticut, Nueva Inglaterra, y se empapó de conciertos de The Grateful Dead y 10,000 Maniacs. También pasó un tiempo en una comuna hippy, formó su primer grupo, The Happy Campers, y dio toda una serie de pequeños conciertos informales. “A la segunda semana de tocar en un programa a micrófono abierto ya era  ‘¡la invitada especial desde Escocia!’”, recuerda. 

La siguiente parada en su odisea personal fue un curso de música en el Royal Holloway College, donde intentó sin éxito formar otro grupo. “Conseguí ganar el Battle Of The Bands (un concurso de grupos) ¡con un acompañante a la mandolina! Era yo contra once bandas góticas y gané yo”. 

Tras vencer a los góticos, KT regresó a St Andrews y se metió por completo en la escena de la que salieron The Beta Band y The Fence Collective, formó un grupo y empezó a afilar sus gustos con una dieta a base de James Brown, Lou Reed, Billie Holliday, Johnny Cash y PJ Harvey.  

Unos años más tarde y unas cuantas bandas después, era la hora de la verdad para Tunstall. Volvió otra vez a Londres donde, finalmente, las cosas empezaron a encajar. Se fraguaron diversas relaciones de trabajo y empezó a escribir proyectos con el productor y cantante sueco Martin Terefe, con Jimmy Hogarth y el londinense Tommy D. Con más de cien canciones en el bolsillo, se puso a trabajar en su álbum de debut con su nuevo grupo y con el legendario productor de U2, New Order o Happy Mondays, Steve Osborne, a los mandos. 

Steve era productor e ingeniero de sonido; él hizo de todo. Incluso me invitó a quedarme con él y con su familia para que pudiéramos trabajar más tiempo. Grabamos el álbum en un pequeño y enrevesado estudio en medio del bosque en Wiltshire. Era la casa de un discapacitado. La cabina de voces era la rampa de la silla de ruedas entre su habitación y la cabina de control. Así que podías cantar cuesta abajo o cuesta arriba. Era perfecto, muy crudo. Tiene una pequeña choza en el jardín donde ensayan todos los grupos locales. Era como la película A quemarropa, con Burt Reynolds y Jon Voight”. 

Menos los psicopáticos vecinos, es de suponer. Ni banjos de duelo tampoco. “Yo no quería llevar demasiado equipo al estudio porque cuando tienes que ser ingenioso es cuando consigues hacer música interesante. Tom Waits dijo que si quieres que algo suene como una caja de cartón golpeada con una bota, entonces dale a una caja de cartón con una bota”. 

Este planteamiento visceral está inspirado en la reciente conversión de KT al silbar y crujir de los primeros blues. “En general, soy una persona positiva y atolondrada pero me encanta el lado oscuro de la música y siempre querré explorarlo. Mi disco suena positivo, pero no hay duda de que hay cosas ocultas”.

Xavier Valiño
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GARBAGE 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

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ENTREVISTAS 2005


 

Garbage, sangre, sudor y lágrimas

 

 

El día que los miembros de Garbage se reunieron en Wisconsin para empezar a trabajar en su cuarto disco, Bleed Like Me, crearon el primer tema “Right Between the Eyes” en sólo 30 minutos. Pero a partir de ese momento las cosas no iban a ser tan fáciles. Desde ese primer día, la banda se enfrentó a la enfermedad, a operaciones quirúrgicas, a desacuerdos creativos, a importantes cambios vitales y a lo que unos consideran una ruptura y otros un merecido año sabático.

 

“Para mí, personalmente, el mero hecho de haberlo terminado ya es un milagro”, afirma la cantante Shirley Manson. Pero entonces también es un milagro el mismo hecho de que Garbage siga ahí después de diez años. Cuando Manson se juntó por primera vez con Butch Vig, Steve Marker y Duke Erikson, la banda empezó a ser tachada como el grupo de ‘tres productores y una chica’. Vig y Erikson habían sido, respectivamente, batería y líder de Spooner, un grupo de pop guitarrero del Medio Oeste, y también habían llevado una radio universitaria a mediados de los ochenta, Fire Town.

 

Marker, antiguo compañero de universidad de Vig, grabó los primeros temas de Spooner en un cuatro pistas en su propio sótano; los dos continuaron juntos y fundaron Smart Studios, produciendo y grabando los trabajos de bandas post-hardcore tan influyentes como Killdozer y Die Kreuzen. Después Vig sacó adelante discos tan importantes como Gish, de Smashing Pumpkins y, por supuesto, Nevermind, de Nirvana, así como discos de Sonic Youth, L7, House Of Pain y Freedy Johnston.

 

Se suponía que Garbage iba a ser como un juego, un vehículo para que los tres viejos amigos aprovecharan su éxito y se lo pasaran bien al otro lado de la sala de control. Pero alguien tenía que cantar. “Iba a ser algo pasajero en nuestra historia personal,” explica Manson, que empezó su carrera tocando los teclados en el grupo escocés Goodbye Mr. MacKenzie, y después lideró su propia banda, Angelfish.

 

Tres discos más tarde (Garbage en 1995, Version 2.0 en 1998 y Beautiful Garbage en 2001) Garbage ha visto cómo sus álbumes encabezaban las listas del mundo entero, ha conseguido innumerables singles de éxito (“Queer”, “Happy When It Rains”, “Stupid Girl”, “Special” o “Cherry Lips”) y han tocado en cerca de 1000 conciertos

 

La cosa ya se estaba gestando cuando grabaron Beautiful Garbage. Entonces ocurrió todo lo del 11 de septiembre. Y de pronto, conceder entrevistas y hacer gira de promoción parecía poco apropiado y, la verdad, no muy divertido. Incluso una gira como teloneros de U2, en un momento en que Bono realmente trató de aprovechar el dolor de la nación, se convirtió en un suplicio. A mitad de camino, a Vig le diagnosticaron una hepatitis A.

 

El grupo continuó con dos baterías sustitutos, Matt Chamberlain y Matt Walker, animados por el propio Vig, pero aquello vino a sumarse a las complicaciones. “Era la primera vez en 20 años que tocaba con otro batería”, recuerda Erikson. Y encima, Vig se casó con la que fuera su novia durante muchos años, Marker y su mujer tuvieron su primer hijo, una hija de Erikson se separó y Manson perdió la voz, una pesadilla terrible que culminó con una intervención quirúrgica para quitarle un quiste de las cuerdas vocales.

 

Cuando llegó el momento de pensar en otro disco, Garbage volvió obedientemente a Madison. Pero sencillamente las cosas no salían, especialmente con Vig. Después de unas semanas frustrantes, volvieron a Los Ángeles. “A nivel psicológico, no le estaba poniendo corazón al asunto”, explica Vig. “Sentía que ‘tenía’ que ir. Si pretendíamos terminar aquel disco, necesitábamos un descanso para recomponer nuestro talento creativo”.

 

Y por otro lado, está la opinión de Marker: “En ese momento, Garbage se disolvió”, explica, una opinión que también comparte Shirley Manson. “Me hundí mucho en aquel momento, la verdad”, cuenta Erikson, que es siempre la voz de la razón. “Los cuatro hubiéramos estado dispuestos a romper con todo. No era tanto ese tipo de drama de que ‘no estábamos de acuerdo en la línea que debía seguir nuestra música,’ continúa. En distintos momentos, diferentes miembros del grupo aportaban cosas, pero entonces los otros tres no estaban a tono. Cuando pierdes el vínculo común de la música, entonces no te queda nada”.

 

Menos mal que la historia tiene final feliz. “Nos dimos cuenta, después de tomarnos unos cinco meses para reevaluar el asunto”, explica Marker, “de que habíamos conseguido superar otras mierdas…” “Y todavía queríamos seguir juntos”, termina Manson. “Todos los grupos que aparecieron a la vez que nosotros han desaparecido, pero nosotros seguimos ahí, deseando grabar discos, independientemente del éxito, de las expectativas o cualquier cosa externa. Eso es un sentimiento muy poderoso, y creo que finalmente nos ayudó a hacer el disco que queríamos”.

 

Lo que también les ayudó fue un experimento fallido: entraron en el estudio con Dust Brother John King, en una sesión que dio como resultado el tema “Bad Boyfriend,” pero nada más. “No quiero ofenderle”, dice Erikson. “Fue una experiencia interesante, conocer la forma de hacer las cosas de otra persona, pero nosotros estamos muy a gusto con nuestros métodos. Y comprendimos que nuestros métodos eran realmente buenos”.
“Simplemente nos hizo darnos cuenta de que somos los únicos que podemos hacer un disco de Garbage”, confirma Vig.

 

Así que, después de un montón de discos intercambiados por mensajería urgente y archivos de sonido enviados por correo electrónico, desde los estudios caseros de cada uno de los miembros del grupo, volvieron a encontrarse en Smart para lo que la mayoría de los grupos llaman ‘mezclar’, un proceso de selección, collage y regrabación que es fundamental para la forma en que Garbage graba sus canciones. Pero esta vez lo hicieron sin exageraciones: menos temas, menos loops, menos samples, menos teclados.

 

“La palabra clave era: simple”, explica Erikson. “Creo que se trata tanto del tremendo esfuerzo que hemos hecho como de las propias canciones. Dependíamos completamente de las canciones, más que de la producción”. También se apoyaron en las guitarras, guitarras y más guitarras. “Eso es de lo que más orgulloso estoy en este disco”, cuenta Marker. “Creo que hemos demostrado que por encima de todo somos un grupo de rock, un grupo de guitarras con la voz de Shirley. Cuando hicimos el primer disco, nunca habíamos tocado en directo”.

 

“Cuando la gente viene a vernos, nadie se espera que sonemos tan duros”, dice Manson. “Es como: ‘¡Oh, Dios mío, una banda de rock!’ Creo que nunca hemos sido capaces de captar eso en un disco, pero en este estamos más cerca”.

 

Ella misma tiene cierta responsabilidad en ese aspecto final del disco porque, después de ver a sus compañeros sentarse en la sala de control, con las guitarras colgadas al cuello y tontear con los acordes, Manson se plantó y dijo: “Bueno, ¿dónde está la energía de este disco? Así que por primera vez en mucho tiempo, los chicos empezaron a colocar amplificadores, subieron el volumen a tope y se pusieron a tocar. Creo que eso se nota. Las guitarras suenan fantásticas por eso”.

 

Las guitarras le dan a “Why Do You Love Me” un trasfondo al mismo tiempo siniestro y suplicante, con una melodía que Vig describe como “estilo Spector” “Sí, como uno de esos grupos acelerados con chica al frente”, corrobora Erikson. Hay un tema funky, pensado para ser un clásico de las pistas de baile, “Boys Wanna Fight”, que lanza un derechazo descarado a los asuntos internacionales, mientras que el mordaz y cantarín “Sex Is Not the Enemy” ataca directamente a los llamados líderes morales.

 

El disco incluye aportaciones de Matt Walker (Filter, The Smashing Pumpkins), el bajista Justin Meldel Johnson (ImaRobot, Beck) y, especialmente, un batería a tiempo parcial con el que Vig trabajó en el pasado. “Fue fabuloso”, dice, refiriéndose a Dave Grohl, antiguo batería de Nirvana y ahora líder de Foo Fighters, que fue la estrella invitada en el tema “Bad Boyfriend”. “La tocó un par de veces y después se metió en la sala de control para escuchar el resultado. Y en mitad del descanso, miró a Duke y le dijo ‘¿Y aquí que tengo que hacer? ¿volverme loco?’ Y le dijimos, sí, toca como un loco. Y en la siguiente toma se puso a tocar como un salvaje. Es la batería que se oye por encima de la guitarra, es un momento muy caótico en la canción. Tenía un gesto horrible mientras tocaba, fue tremendo volver a verle tocar así”.

 

Y al tiempo que ese momento le hizo a Vig reflexionar sobre su trayectoria y lo que había estado haciendo en todo este tiempo como productor, BLEED LIKE ME le hizo maravillarse del trabajo de Garbage. “Hemos logrado como grupo mucho más de lo que nunca hubiera creído”, dice. “Sólo haber conseguido hacer un cuarto disco ya es una suerte increíble”, corrobora Manson. “Tenemos una larga historia detrás. Creo que estamos sorprendidos por eso, y orgullosos de ello”.

 

“Es muy duro mantenerse juntos como grupo, sería mucho más fácil para cada uno de nosotros seguir su propio camino individual”, continúa. “Pero todavía creo en esa idea de grupo, creo que la gente puede juntarse y encontrar una forma e trabajar juntos por algo. Todavía sigo enamorada de ese lado romántico del rock’n’roll”.

 

Xavier Valiño
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VERANO EN LISBOA 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

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ENTREVISTAS 2005


Verano en Lisboa, la melancolía del 4,9

 

 

¿Formasteis el grupo como un mero hobby o con la intención de llegar algún día a vivir de esto?

         – Cuando empezamos éramos adolescentes y lo hacíamos por pura diversión, y eso no lo hemos perdido, pero con el tiempo nos vamos dando cuenta de que tampoco es cuestión de perder dinero, que, por cierto, últimamente se nos da muy bien. Ojalá podamos vivir de la música algún día. Mientras tanto, trabajamos con toda la ilusión del mundo para mejorar.

 

¿Qué grupos os impulsaron a la hora de coger un instrumento y crear una banda?

         – Como decíamos antes, éramos adolescentes, y allá por el Instituto flipábamos bastante con grupos como Eliminator Jr., Sonic Youth, Pixies, Dinosaur Jr., Yo La Tengo, My Bloody Valentine, Velvet Underground… Nos gustaba todo lo que sonara pop, pero no demasiado convencional. Adorábamos el ruido y las melodías.

 

¿Cómo definiríais vuestra música?

         – Nuestra música está en plena evolución. Después de una primera fase muy acústica, las dificultades que teníamos para poder desarrollar el proyecto y  juntarnos para tocar en directo hizo que, poco a poco, nos pasáramos a la electrónica. Esta maqueta, “Cuando no mire nadie”, es nuestro primer contacto con  la electrónica. Esperamos poder grabar otra maqueta pronto que asiente más nuestro estilo.

 

Las decisiones que se han de tomar en el grupo, ¿se toman de una forma democrática o sólo un miembro tiene la capacidad de decidir?

         – Respecto a eso, nos resulta sencillo porque es fácil ser democrático cuando somos dos los que llevamos adelante el grupo. Por suerte, tenemos gente a nuestro alrededor que nos ayuda en lo que necesitamos.

 

¿Qué proyectos futuros os ocupan ahora? ¿Cuándo tenéis pensando editar algo comercialmente?

         – Ojalá tengamos la suerte de poder editar algo cuanto antes, pero por ahora nos centraremos en grabar pronto otra maqueta.

 

¿A qué grupo os gustaría telonear?

– Pues por soñar un IMPOSIBLE -así, en mayúsculas-, a la Velvet Underground… Otro sueño, también lejos de aquí, Yo La Tengo… Y para seguir soñando, dentro de casa, Jr…

 

¿En qué discográfica nacional e internacional os gustaría estar?

         – Nunca nos lo hemos planteado, la verdad, pero en cualquiera que valorase y respetase nuestra música y nos dejase libertad creativa a la hora de trabajar…

 

¿Os soléis presentar a concursos? ¿Sirven para algo?

         – No solíamos presentarnos -más que nada por nuestra naturaleza perezosa- hasta este año, que hemos participado en algunos. El hecho más destacable es nuestro cuarto puesto en el concurso “Grupo revelación del año” promovido por el Festival Contempopranea. Ni que decir tiene, los tres primeros clasificados eran los que optaban a premio. Nosotros, una vez más, demostramos ser los abanderados de la melancolía del 4´9… Aunque si el hecho de presentarse a concursos hace que la música llegue a más gente, algo habremos ganado…

 

¿Sois un grupo de directo o, todo lo contrario, lo vuestro es el estudio y la producción?

         – Hasta el momento, hemos sido más de estudio, porque en nuestra etapa acústica, en la que éramos bastantes componentes, cada uno con sus obligaciones, agendas y lugares de residencia, era muy difícil ponerse de acuerdo para preparar conciertos; de hecho, los que dimos pueden contarse con los dedos de una mano. Pero es cierto que disfrutamos tocando en directo, y ahora que nos hemos pasado a las nuevas tecnologías, esperamos poder llevar nuestras canciones a muchos sitios…

 

¿Qué es lo más divertido que os ha pasado con el grupo desde el día que lo formasteis?

         – No sé si divertido, pero lo más curioso que nos pasó fue saber, unas horas después de enviar “A las nueve cada noche” -nuestra segunda demo- al programa Viaje a los Sueños Polares, que los oyentes habían elegido nuestra primera maqueta (“En una tarde con nubes…") la mejor del año 2001. Creo que fue lo más sorprendente que nos ha pasado, una noticia inesperadísima y muy gratificante. Y un momento muy divertido, siguiendo con esta historia, fue la fiesta privada post-premio que nos montamos Simón, Víctor y yo (Lucía) en el backstage del Razzmatazz 1 en la Fiesta Polar, mientras el resto de galardonados recogían sus trofeos y/o hacían vida social…

 

Xavier Valiño
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BRUCE SPRINGSTEEN 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

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ENTREVISTAS 2005


 

Bruce Springsteen, el compromiso con su tierra

 

 

El último héroe del rock vuelve a los orígenes con el mismo compromiso musical, social y político que le convirtió en su día en un icono musical, editando Devils & Dust, un disco que aparece en una edición especial con DVD.

 

El DVD ofrece un documental realizado por el director y fotógrafo Danny Clinch en el que Bruce interpreta  en acústico 5 canciones del nuevo álbum con extensos comentarios por el propio Bruce.

 

Su nuevo álbum está producido por Brendan O’Brian, que ya trabajó con Springsteen en el disco The Rising. El origen de Devils & Dust hay que buscarlo diez años atrás, cuando en 1995 el cantante y compositor realizó su primera gira acústica en solitario. “Estaba muy inspirado y, después de cada actuación, bajaba del escenario, me ponía a escribir y guardaba las canciones en un cajón. Ahora he podido revisarlas y rescatar algunas”, afirma Springsteen.

 

Dos de las nuevas canciones de Devils & Dust (“The Hitter” y “Long Time Comin’”) fueron escritas e interpretadas en la gira The Ghost of Tom Joad de 1995, pero no todos los temas tienen tanto tiempo. “Devils & Dust”, primer single y canción que da título al álbum, fue escrita al comienzo de la guerra de Irak. Trata de historias individuales de personas que luchan con sus demonios y la música va por debajo como una metáfora. Una parte de la canción transcurre en el oeste, en un entorno rural donde la gente vive con sus confusiones, a veces bien y otras de forma trágica”.

 

Bruce Springsteen ha preferido esta vez grabar sin la E Street Band. Es el propio Springsteen quien se encarga de la guitarra mientras el productor Brendan O’Brian toca el bajo y Steve Jordan la batería. Otros instrumentos como el pedal steel guitar, la armónica y el violín entroncan Devils & Dust con la raíz de la música norteamericana. “Mi voz se ha ampliado con la edad y alcanza tesituras altas en canciones como “All I’m Thinkin’ About”, asegura.

 

Devils & Dust es un álbum más tranquilo y acústico que The Rising, siguiendo la pauta establecida por Bruce Springsteen que suele alternar álbumes de rock a gran escala con discos más introspectivos desde que en 1982 publicara Nebraska, dos años después de editar The River.

 

Acústica será también la gira que realizará Bruce Springsteen para poder actuar en teatros y pequeños auditorios y que le trae a España en dos fechas en Barcelona y Madrid, el 1 y 2 de junio respectivamente. “Siempre he disfrutado tocando en acústico”, dice Springsteen. “Aún cuando al principio de todo tocaba con mi banda, siempre escribía canciones que no estaban pensadas para grupo”.

 

Devils & Dust es el décimo noveno álbum de Bruce Springsteen desde que en 1973 publicara Greetings From Asbury Park, N.J., su primer trabajo. Son ya 32 años de carrera del artista nacido el 23 de septiembre de 1949 en Freehold, New Jersey (Estados Unidos), con antepasados italo-irlandeses y que a los 14 años ya tocaba con el grupo The Castiles. Como anécdota, cabe destacar que el trabajador de una fábrica que recomendó su contratación apreció desde el primer momento sus dotes como guitarrista, aunque su voz le pareció ‘una basura’.

 

“A comienzos de los 70, recorría los cafés de Greenwich Village en plan cantautor hasta que llegó mi primer contrato discográfico firmado en 1972”. Aquel contrato significó el nacimiento de uno de los pilares del rock internacional del último medio siglo. 

 

Xavier Valiño
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GILLES PETERSON

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

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ENTREVISTAS 2005


 

Gilles Peterson y el África oculta

 

 

         Empezó emitiendo desde su propia emisora pirata cuando aún era adolescente, con una antena situada entre un árbol y una cabina de teléfonos. De ahí pasó a ser uno de los pinchadiscos más afamados del mundo. Ha sido locutor en numerosas emisoras, conduciendo desde 1998 en la BBC su programa “Worlwide”, que se emite en 15 países.

 

         Además, tras su papel como responsable de recopilatorios de la discográfica Blue Note, creó el sello Acid Jazz, que dio nombre a todo un estilo. Poco después, fundaría Talkin’ Loud, donde ha editado un buen montón de discos con la escena de los clubes de baile como denominador común. Tras su disco del año pasado, Gilles Peterson In Brazil, aparece un nuevo recopilatorio con su nombre y su selección, Gilles Peterson In Africa.


¿Cómo te vino la idea para este disco?

         – Todo fue bastante natural. Brasil fue -y continúa siendo- una inspiración para mí. Aquel disco de Gilles Peterson In Brazil tuvo muy buena aceptación el año pasado, así que, una noche, después de una buena cena con los chicos de Ether, hablando, bebiendo un buen vino y pinchando discos antiguos y nuevas mezclas nos pusimos a hablar de África. Estábamos todos expresando nuestra admiración por Fela Kuti y surgió la idea.


¿Son canciones que pinchas en tu programa de radio o como DJ?

         – Me gusta pinchar música variada, pero cada semana incluyo algo africano. Recientemente ha sido Konono No.1 mi preferido. Siempre he apoyado la música de Fela. Y he conseguido involucrar a algunos de los mejores remezcladores: Kerri Chandler, IG Culture, Carl Craig y Masters At Work. Siempre habrá referencias a África, incluso aunque no sea algo puramente africano. No puedes pinchar este tipo de música sin alguna referencia al continente.


¿Cuándo descubriste la música africana?

         – Recuerdo que me interesaban las sesiones de afro-funk de Paul Murphys en el Electric Ballroom a principios de los 80. Gerry Lyseight y otro DJ en Londres ponían mucho a Fela Kuti y Manu Dibango en sus sesiones en el Mambo Inn en Brixton. Tuve la suerte de firmar a Femi Kuti para mi sello Talkin Loud y él me hizo conocer la música africana en más profundidad.

 

¿Quién fue el artista que cambió tu percepción de esta música?

         – Fela Kuti es un gigante, no sólo de la música africana, sino de la música en general. Fue un innovador. He coleccionado un montón de vinilos raros en mis viajes de los últimos 20 años. Fui con Femi a Lagos, visité y pinché en el mítico club Shrine que fundó su padre y ahora lleva él, y volví con, literalmente, cientos de discos alucinantes de toda África del periodo dorado de los 60 y 70. Una de las razones por las que quería editar una recopilación de música africana es que sabía que tenía canciones muy raras que iban a sorprender y enganchar a la gente.


¿Es posible hacer un recopilatorio así sin incluir a Fela Kuti?

         – Por supuesto que es posible, pero, personalmente, no se me ocurriría hacer algo así. Sería como un recopilatorio de soul de Alantic sin Aretha Franklin, algo impensable.


¿Cuáles son tus últimos descubrimientos del continente?

         – Konono No. 1 son increíbles. Usan partes viejas de coches para hacer música que suena tan moderna, fresca y relevante hoy como la de los remezcladores que usan ordenadores y toda la tecnología más avanzada. ¿Cómo lo explicas? También estoy revisando las últimas reediciones de música de Etiopía, de la que conozco algo, aunque una parte es totalmente nueva para mí. Te recomiendo Asmarina.


¿Por qué has incluido a gente como Thievery Corporation o Masters At Work?

         – El material clásico en el disco titulado “The Soul” está muy basado en el jazz y el soul mezclados con los ritmos tradicionales africanos. La generación electrónica ha llegado y lo ha metido todo en una olla, lo ha mezclado todo y ha obtenido algo fresco y vibrante, pero los ingredientes, los elementos y las referencias son las mismas, y quería llamar la atención sobre ello.


¿Crees que la música africana ha gozado de mayor atención en los últimos años y ves su influencia en el pop?

         – Creo que desde mediados de los 80, cuando las músicas del mundo empezaron a tener una mayor audiencia en Europa, la música africana se ha convertido en la principal causa de esa explosión a través de artistas como Toure Kunda o Mory Kante, quienes primero tuvieron éxito en Francia y, después, en más sitios. La polinización en la música está hoy tan extendida que hay puro ya, así que podemos escuchar música africana en el pop y viceversa, y mucho más en sus mezclas.

 

¿Crees que este disco es apropiado para los recién llegados a la música africana, para quienes buscan nuevos nombres o para quienes simplemente quieren bailar?

         – No realmente. No creo que haya un artista que hubiese sido incluido en un disco para un recién llegado. Tal vez Miriam Makeba, pero entonces estaría su canción “Pata Pata”. No se trata de un disco financiado por las multinacionales, con el respaldo de Paul Simon y todo eso. Más bien, todo lo contrario; me gusta pensar que es un antídoto: se trata del África alternativa, el África real. Y, como tal, me gustaría sugerir que es un buen inicio para amantes de la música que quieran acercarse a la música africana. Pero no se trata de un disco para quien venga de unas vacaciones de dos semanas en un hotel de la costa de Kenia en el que la gente del lugar es explotada.


¿Cuál sería el tema que lo tiene todo?

         – “Mahlalela” de Letta Mbulu. Fue editado originalmente por el sello Motown y cuenta con The Crusaders haciendo los coros. Se trata de un tema soul perfecto. 


Supongo que tratas de hacer bailara a la gente y descubrirles nuevos artistas al mismo tiempo. ¿Cuál era el objetivo?

         – Uno de mis objetivos era mostrar que África no es todo koras, mbiras, djembes y la percusión tribal. Es mucho más rico y con más texturas. Tiene una larga y vieja historia que se remonta a siglos atrás y, por lo tanto, una profundidad increíble. La música africana toma de todo -jazz, gospel, soul, funk, orquestas militares, Cuba, Brasil, salsa, cumbia…-, a la vez que retiene los elementos tradicionales, y eso es lo que la convierte en algo único. Mi pretensión era acabar con las ideas preconcebidas de la gente y ensanchar sus horizontes.

 

¿Es este disco el segundo en una serie de Gilles Peterson alrededor del mundo?

         – Nunca pretendí hacer tal cosa; no se trata de la jodida serie Rough Guide. Brasil siempre ha sido mi pasión y se puede decir que se me conoce por ello. Hice esta colección por lo que ya te he comentado. Así que ahora toca esperar y ver. Tengo mucho jazz escandinavo raro que daría para un buen disco… Pero lo siguiente será algo que no tiene nada que ver. Intentaré editar lo mejor de las grabaciones que hemos hecho para mi programa de radio de la BBC ‘Worldwide’, aunque hay mucho que hacer antes con las discográficas para los permisos. Tengo material único e importante de gente NERD, Björk, Roots Manuva, Alicia Keys, Zero 7, The Matthew Herbert Big Band, Beck y muchos otros que no debería quedarse en los archivos de la BBC.

 

Xavier Valiño
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