LA PINTORA Y EL LADRÓN

La pintora y el ladrón

Benjamin Ree (Tremolo-Filmin)

 

 

A partir de su curiosidad por una noticia al margen en un periódico local, Benjamin Ree sintió la necesidad de contar su historia. Se trataría, en principio, de un cortometraje de diez minutos en el que se iba a hablar de la pintora checa Barbora Kysilkova y uno de los dos ladrones (Karl-Bertil Nordland) que robaron dos cuadros suyos. Leer más

Z.Z. TOP, THAT LITTLE OL’ BAND FROM TEXAS

Z.Z. Top, That Little Ol’ Band from Texas

Sam Dunn (Banger-Eagle Rock)

 

 

“Tocan blues, pero no cantan blues”. Puede que esta sea la mejor definición del trío texano que se puede escuchar en este documental, bienintencionado y, al mismo tiempo, lo suficientemente interesante como para no dejar de prestarle atención en sus 91 minutos. Leer más

STUDIO 54

Studio 54

Matt Tyrnauer (Altimeter-Passion)

 

 

Nile Rodgers y Bernard Edwards (Chic) han contado muchas veces la anécdota, la de aquel fin de año a finales de los 70 en la que, a pesar de estar su nombre en la lista invitados por Grace Jones, no pudieron entrar en Studio 54; cabreados, se fueron a su apartamento y compusieron una canción que empezó siendo “Fuck Off” (“Jódete”, dirigido al portero y los responsables de la discoteca neoyorquina) para acabar siendo “Freak Out”. Curiosamente, en unos meses, era la canción que más sonaba allí. Leer más

PAPICHA, SUEÑOS DE LIBERTAD

Papicha, sueños de libertad

Mounia Meddour (Bteam)

 

 

Es complicado imaginar cómo tiene que haber sido la vida en la Argelia de los años 90, aunque la ópera prima de Mounia Meddour -que tiene mucho de sus experiencias personales de entonces-, puede ayudar a situarnos. Y si también es difícil imaginarse cómo pudo desenvolverse en ella una joven coartada por lo que sucedía a su alrededor, la actriz Marwan Zeghbid, todo carisma, se convierta aquí en el vehículo perfecto para sentirlo durante 100 minutos. Leer más

10 CANCIONES ESENCIALES DE THE POGUES

10 canciones esenciales de The Pogues

 

 

The Pogues apareció a principios de los 80 para convertir en cenizas la música irlandesa y reinventarla, sin pedir permiso y sin pedigrí entre las familias del folk tradicional. Con sus pintas de una turba callejera, su consumo desaforado de alcohol y speed y su falta de respeto por el legado de siglos, resultaba imposible ignorarlos. Despreciados en un principio por los guardianes de la tradición, a estos no les quedó más remedio que acabar aceptando su propuesta, aunque renegaran de ella. Su historia, en especial la de sus tres clásicos primeros discos, es la que recordamos en el número 24 de los Cuadernos Efe Eme, recién publicado, complementada aquí con el recuerdo a 10 de sus mejores canciones y otras tantas alternativas. Leer más

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