MAVIS STAPLES: We’ll Never Turn Back

MAVIS STAPLES: We’ll Never Turn Back (Anti-PIAS)

 

Puede que al ficharla, el capo de ANTI quisiera reeditar la jugada maestra que consiguió cuando hizo lo propio con Bettye Lavette hace ahora un par de años. Voz clásica del gospel y del soul, Mavis Staples sólo estaba esperando -y pidiendo a gritos- que alguien le diera la oportunidad de grabar lo que ella quisiera contando con una buena producción. Y en We’ll Never Turn Back lo consigue sin tener que hacer demasiados esfuerzos ni romper con su pasado.

 

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MARC MONTANDON: Tow Waits, conversaciones, entrevistas y opiniones

MARC MONTANDON: Tow Waits, conversaciones, entrevistas y opiniones (Libro) (Global Rhythm Press)

 

No hay quién se resista al hechizante y oscuro encanto de sus canciones. Así que la primera antología de escritos sobre la figura y la obra de Tom Waits -con entrevistas, semblanzas, conversaciones, recuerdos y opiniones sobre él- hecha por el periodista Mac Montandon, se convierte en un acontecimiento. A lo largo de estas últimas tres décadas, Tom Waits ha ido consolidando una inquebrantable adhesión y un culto a su obra.

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ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MAGÍN BLANCO: Realidad

ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MAGÍN BLANCO: Realidad

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 2007


MAGÍN BLANCO: Realidad (PAI)

 

 

Disco del mes -por lo menos- en casa. El segundo álbum en solitario de Magín Blanco, tras el regreso del año pasado después de cuatro álbumes al frente de La Rosa –La Rosa  (Edigal, 1989), Tren de Azúcar (Edigal, 1990),  El sueño del camaleón (Sons Galiza, 1992) y En el arco iris (Sons Galiza, 1994)- y el parón de 12 años que le siguió, es aquel en el que, al fin, todo suena y parece en su lugar, tal y como siempre debió lucir el de A Rúa.

 

Está la misma melancolía de buena parte de sus composiciones, pero en este caso con una producción que acompaña las melodías, derivando en emoción auténtica. Acompaña la presentación, digna del disco -vale la pena hacerse con él por el libreto y sus dibujos, obra de Iván Prieto, superiores a la portada-.

 

            Y, además, hay un extra. Cada canción viene comparada por su autor con otra de otro artista que no queda claro si le ha servido de inspiración, le ha recordado a ella después de componerla o, simplemente, quería destacarla. Así que “El corazón de los pájaros” remite a “Heart Of Gold” de Neil Young, “Sus cosas” a “Aquellas pequeñas cosas” de Serrat, “Hielo sobre hielo” recuerda -con mención expresa incluida- a “Like A Rolling Stone” de Bob Dylan o la cantada en gallego “Revelación” a su adorada Lucinda Williams. El resto evocan en sus músicas o los preciosos textos escritos para el libreto por Camilo Blanco y Magín Franco a Van Morrison, Badfinger, Peter, Paul & Mary, Tom Waits y Paco de Lucía.

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MANU CHAO CONCIERTO

ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MANU CHAO CONCIERTO

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ARTÍCULOS 2007


Manu Chao y Radio Bemba Soundsystem

 

(Muelle de Trasatlánticos de Vigo, 4 de agosto de 2007)

 

 

 

Se tienen que notar sus raíces gallegas. Por suerte para nosotros, el tercer gallego más conocido en el mundo (tras Julio Iglesias y Franco) es Manu Chao. No puede negar que de pequeño vivió escuchando las orquestas de las fiestas populares. De ahí su vertiente latina. La otra, la punk, le viene del barrio en el que creció en París, adonde su padre gallego y su madre vasca habían emigrado.

 

El rock latino en Europa lo inventaron dos gallegos: Víctor Coyote (éste reivindica en su libro Cruce de perras que Santiago Auserón no hizo más que aprovecharse del camino que él abrió) y Manu Chao, al que siempre se asocia con tantos desafortunados imitadores de su universo único. Y eso está claro en toda la producción del de Vilalba, desde sus tiempos en Joint de Culasse, Hot Pants, Los Carayos y, por supuesto, Mano Negra, hasta sus multitudinarios conciertos de los últimos años.

 

Una vez más quedó claro en su reciente gira que a Manu Chao sólo le interesa revindicar lo popular a través de la fiesta. El guión de los últimos años se volvió a seguir en esta ocasión, aunque con algunos cambios. Para empezar, la extraña ubicación en un muelle en el que no había cabida para tanta gente como en sus anteriores visitas, por lo que era todo un lujo poder disfrutarlo tan próximo.

 

 

 

Además, presentaba un nuevo disco sin publicar, La radiolina que se intuía tan continuista respecto a sus dos exitosos álbumes en solitario como más guitarrero (¡uno de sus músicos se soltaba con solos heavies!). Tal vez lo más novedoso es que su espectáculo, a diferencia de otros presentados en Galicia con anterioridad (en especial, el más recordado, el de la Sala Nasa, con aquella mítica noche que no acababa nunca) ya no era tanto una única canción ininterrumpida en la que van cayendo retazos de sus temas, como las canciones enteras, con momentos para el respiro entre unas y otras.

 

En esta ocasión sonaron todos sus temas emblemáticos, desde “Mala vida” hasta “Desaparecido” o “Clandestino”, pasando por “King Kong Five”, “Rumba de Barcelona” o “Mentira”. Y por si había alguna duda de que no le asusta reivindicar lo popular, cantó a Bob Marley, a Los Chunguitos (“Si me das a elegir”) y presentó una canción nueva dedicada a Maradona que invocaba a ¡Concha Velasco! (“La vida es una tómbola”).

 

Para el fin de fiesta, como en sus últimas visitas a Galicia, tuvo tiempo para ceder protagonismo a las Jarotas de Ribeira (dos vocalistas entre el hip-hop y la regueifa) y la anciana panderetera  Xosefa de Bastabales, de la aldea cercana a Santiago en la que Manu Chao tiene casa. Aunque se haya visto ya un par de veces, no deja de sorprender como el fin de fiesta de un concierto de Manu Chao corresponde a una septuagenaria y sus  canciones tradicionales gallegas que mantienen la atención de una multitud que ha ido a ver algo bien distinto. ¿O no tanto?

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MICAH P. HINSON EN CONCIERTO

ULTRASONICA ARTÍCULOS 2007 MICAH P. HINSON EN CONCIERTO

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ARTÍCULOS 2007


 

Micah P. Hinson en concierto

 

(Fundación Caixa Galicia, Santiago, 26 de enero de 2007)

 

   

 

            Cuando hablan de esos cables que cruzan los océanos por debajo del mar, todo suena a ciencia-ficción. ¿Cables sumergidos a más de 10.000 metros de profundidad y uniendo orillas que distan 6.000 kms.? Parece difícil creer en ellos, pero hay quien está por la labor de demostrar que existen. Por ejemplo, Micah P. Hinson.

 

            Por difícil que parezca, este nativo de Abilene (Texas, EEUU) tiene más de un punto en común con alguien de Sheffield (Inglaterra), en concreto con Richard Hawley. En esta gira que le acaba de traer por España así lo demostró en la primera media hora de concierto. Con la colaboración de un tímido multiinstrumentista llamado Nick Phelps al pedal-steel, el banjo y algo de percusión, Hinson recordó en su faceta acústica durante un buen rato las maneras de crooner de Richard Hawley, que hunde sus raíces en los ya lejanos años 50.

 

Además, por si quedaba alguna duda, para rematar esa primera parte Hinson se decidió por hacer una versión de Hawley, “Hotel Room”. También, en uno de los escasos momentos en que comentó algo, dijo que Richard Hawley era uno de los mejores tipos que se había encontrado en el negocio y que, aunque creía que la diferencia de edad entre ellos era de menos de diez años, siempre que se encontraban Hawley lo trataba como si fuera su abuelo.

 

Tras esa primera parte, volvimos a ver al Hinson que recordábamos de sus anteriores visitas: un músico que reinterpreta sus canciones en directo con violencia y con arrebato, sumando electricidad para darles una nueva dimensión, y todo ello a pesar de ser presentarse como dúo, puntualmente complementados en escena por Will Johnson, quien antes había hecho valer su propuesta en solitario adelantando que no iba a ser una noche cualquiera.

 

    

 

Micah P. Hinson va sobrado de desparpajo -¡nadie mira así tan de frente a su público!- y de carisma. Con “You’re Only Lonely” parecía que el concierto se cerraba de la mejor forma posible, justo antes de regresar para acabar berreando con su rocosa voz, más que cantando, “Patience” de su primer álbum. En ese momento comprendimos que tardaríamos mucho tiempo en vivir algo igual, si es que alguna vez alguien llega a hacerle sombra en su presentación por estas tierras.

  

Xavier Valiño
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