CAMPUS GALICIA ENTREVISTA TRAVIS

ENTREVISTAS 2001

Travis, la vida corriente

En la industria del disco, obsesionada por la imagen, muchos artistas se quejan de que la música ha quedado relegada por el vídeo y por las cada día más numerosas revistas de música a la moda. Travis, que han mamado las buenas melodías de la radio al viejo estilo, es un grupo que va, sin pretenderlo, contra esa tendencia.

Su segundo álbum, The Man Who, del año 99, les hizo llegar al público británico de una forma como no lo habían hecho con el primero, Good Feeling. Con el tercero, Travis ha tomado la concienzuda decisión de evitar la celebridad y hacer de la música la prioridad. En vez de vender imagen, Travis elige ir a por una nueva serie de cuidadas y bonitas canciones en lo que han titulado The Invisible Band.

– Vuestro anterior álbum resultó ser un éxito inesperado. ¿Cómo fue experimentar que ese disco superaba lo que la industria esperaba de vosotros?

– Neil: Fue muy divertido. Como banda, no creo que uno ponga sus expectativas por debajo. Por supuesto, uno quiere hacerlo bien, ya sabes. Cuando ocurre, es bastante agradable. Es bueno algunas veces ser el que la gente espera que pierda. Creo que la parte más interesante es cuando todas las revistas que solían rechazarte te ponen en la portada.

– Gougls (riendo): Lo que me sorprendió a mí fue que trabajamos tan duro como con el primero, Good Feeling. Hemos visto las dos caras de la moneda. Nos hemos dejados las pelotas en un disco que no consiguió nada y nos las dejamos en otro que pegó el reventón.

– Neil, has mencionado las revistas. El Reino Unido tiene una prensa especializada muy activa y fanática. ¿Lees estas publicaciones?

– N: Miro las fotos. Las hojeo un poco y miro los cortes de pelo (risas). Realmente no les doy mucha credibilidad. No nos afecta de un modo subconsciente ni nada parecido. Puedes conseguir tanto una buena crítica como mala. Si es un buen periodista y tiene algo que decir -y eso incluye las críticas negativas- las acepto y estoy feliz con ello.

– D: Igual que ha habido una masacre en la buena música, ha habido una masacre en el buen periodismo. Los periodistas tienen una misión que es muy similar a la de los músicos: informar, educar y presentar una opinión de una forma entretenida.

– N: creo que lo que más cabreó a la prensa es que, si hubieran podido, The Man Who no hubiera vendido una sola copia. Fue tratado como una escoria hasta la muerte cuando apareció. Cuando se convirtió en un éxito, fue una gran sorpresa para la prensa. Nunca hemos sido particularmente queridos por la prensa.

– Si fue recibido con esas críticas tan frustrantes, ¿cómo es que The Man Who terminó siendo un éxito?

– N: Por la radio.

– D: Por la radio y los conciertos en vivo. Así es como conseguimos que la música llegue a la gente y el boca a boca funciona. Las críticas eran palabras sobre la música. La radio permitió que la música viva llegara a la gente.

– N: La radio es lo que lo empieza todo. Mira el caso de "Sing": fue número uno en las listas. Creo que fue escuchada por 80 millones de personas en el Reino Unido. Eso es jodidamente alucinante.

– Salisteis a una larga gira después de la explosión de The Man Who, tocando cada noche. ¿Hubo un punto en el que empezasteis a estar cansados de las canciones?

– D: Nunca nos cansamos de las canciones. Hay días en los que te sientes como un chamarilero. Es la realidad de la vida en la carretera. Encuentro que una cosa que me permite soportar esos días es saber que tocaré esas canciones. Si te cansas de ellas, es el momento de dejarlo. En serio, si te cansas de tocarlas en un año, ¿cómo van a durar? ¡Tienen que durar para siempre! Ése es el propósito de las canciones. Si la gente que compone esas canciones se cansa de ellas en un año, es que no son buenas.

– ¿Cómo se lleva el pensar y trabajar sobre el siguiente álbum cuando estás todavía de gira con el anterior?

– D: Es un proceso natural. Las canciones vienen de alguna parte y te fuerzan a empezar a improvisar y a trabajar sobre ellas. Siempre terminamos con un álbum de unas ocho o nueve canciones escritas y escribimos dos más en el último minuto. Eso se ha convertido en nuestra rutina. Cuando acabamos la gira estamos ansiosos de volver al estudio porque es el ciclo natural de creación para nosotros. Después de un año y medio de gira, estoy deseando ir hacia delante.

– Una de las críticas que se han hecho sobre vuestra música es que no es lo suficientemente política. ¿Qué respondéis a eso?

– D: Los humanos inventan cosas para que parezcan mejores. Inventamos la tecnología, la religión y la política para sentirnos mejor y controlarnos los unos a los otros. Lo que es interesante es que todo son sombras e ilusión. Lo esencial del negocio de ser humano es comer, cagar y follar y enamorarse. Estar alegre o estar triste. Son todas esas cosas fundamentales en la vida las que un buen músico debe atrapar.

– N: La música y el arte son todo una reflexión del sentimiento individual de una persona o de su personalidad. No somos políticos porque no sentimos la necesidad de serlo. Creo antes a un compositor que a un político.

– Mencionáis el hecho de que todos somos parte de una gran máquina. Obviamente queréis que vuestra música hable por si misma pero, al mismo tiempo, os veis forzados a sentaros con periodistas, discutir vuestras canciones y pretender que tenéis las respuestas para todo tipo de preguntas fuertes. ¿Cómo se mantiene el equilibrio?

– D: Puede ser duro. ¿Quién puede decir que por que eres miembro de una banda tienes una opinión que deba ser escuchada? Lo único que realmente sabemos mejor que nadie es el hecho de estar en esta banda. Pero entendemos que esto es parte de la industria.

– N: No puedes realmente hablar de música. Sólo de vibraciones y emociones, nada más.

Xavier Valiño

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