CAMPUS GALICIA ENTREVISTA RAGE AGAINST THE MACHINE

ENTREVISTAS 2001

Rage Against The Machine, la amenaza continúa

Furia contra la máquina, sí. Tom Morello, Brad Wilk, Timmy Commerford y, por supuesto, Zack de la Rocha han sido hasta ahora Rage Against The Machine. Zack de la Rocha ha anunciado que deja la banda, al no satisfacer todas sus ambiciones.

Así que es Tom Morello, a la falta de un vocalista que de la cara, quien tiene que defender su nuevo disco, Renegades, un álbum de versiones que van de Public Enemy a Paul Weller, de The Clash a Bruce Springsteen, de Eric B & Rakim a Afrika Bambaata, de MC5 a The Stooges, de Rolling Stones a Bob Dylan.

– ¿Sabías que Zack iba a dejar el grupo?

– No, lo escuché directamente de él cuando me llamó, el mismo día que hizo pública su declaración.

– ¿No es algo extraño un disco de versiones y más en este instante?

– Sí. Aunque he de decir que la banda no se ha separado. Tenemos que decidir qué vamos a hacer. Zack había estado tomándose su tiempo para trabajar en otros proyectos. En lo que respecta a nuestra vida diaria, no hay mucha diferencia.

– ¿En algún momento pensasteis en dejarlo?

– Zack pensaba que su contribución no era reconocida por nosotros tres, cuando había escrito la mitad de las canciones de discos anteriores. Sólo buscaba reconocimiento, no dinero ni mayor protagonismo. Así que, en nuestro último disco, nos centramos en la música y él en las letras. Al final fue un proceso mucho más saludable que en el pasado. No veo ninguna razón para no continuar, sobre todo porque hemos superado gran parte de las tensiones. No creo que en el fondo de nuestros corazones quisiéramos destruir el don por el que hemos luchado. Quiero decir que podíamos haber vendido dos o tres veces más que nuestro primer disco, pero eso nos hubiera destruido. La tensión creativa es parte fundamental de nuestra química y no la cambiaría por nada.

– ¿Tiene algo que ver con la idea inicial de no hacer videos?

– Discutimos sobre si deberíamos hacer videos para que la gente asimilara información. Al principio nos oponíamos, y creo que fue la decisión correcta. ¿Se percibirían nuestras acciones de la misma manera si hubiéramos vendido siete millones de discos sin más? No lo creo. Ahí es donde Zack y yo no coincidíamos. Tenemos una forma de pensar diferente sobre cómo dirigir nuestras opiniones. Pero después estamos de acuerdo en casi todo lo demás. Al final el enfrentamiento nos ha ayudado.

– ¿Y la idea de no conceder entrevistas durante varios años?

– Una de las cosas que quería asegurar era la protección de la integridad del grupo. Que hablábamos de lo que hablábamos en lugar de sólo hablar. Tratamos con una monstruosa cultura pop que tiene una tendencia a domesticar y hacer todo más digerible. Le ha pasado a tantas bandas en el pasado… Es importante que los artistas de nuestra posición prediquen con el ejemplo de que hay una línea muy fina entre la promoción de un producto y la promoción de una idea. Así que para proteger nuestra integridad decidimos contenernos.

– Ya habéis creado escuela. Sin vosotros no existirían Korn, Limp Bizkit, Molotov o grupos españoles como Superskunk.

– Da la casualidad de que hemos sido un grupo que hemos creado un espacio abierto dentro de la música pop y que hemos intentando poner en marcha una nueva era en la que más voces disidentes en la música comercial puedan formar parte de un nuevo diálogo. De todas formas, por cada Nirvana hay 10 o 15 Bush o quién quiera que sean y tras Rage Against The Machine han aparecido unos cuantos grupos no tan buenos. Me sorprendo cuando pongo la radio y escucho clones nuestros de sexta generación. Cuando empezamos éramos lo más radical. El vocabulario físico de un líder ha sido definido por Zack.

– Siempre os ha rodeado el aura de ser una banda especial.

– Para nuestro primer concierto en 1991, después de ensayar durante tres meses, decidimos fastidiar a las compañías y vender nuestras propias cintas. La reacción del público fue tan intensa que se convirtió en una celebración de la frustración y la rabia. Fue una sensación increíble. Me di cuenta de que teníamos algo especial y que podíamos llevar las cosas más allá. No hay nada igual. Pero no es que nos levantemos y rompamos el cartón de leche sólo porque no conseguimos abrirlo. Aunque el hecho de que no somos el típico grupo crea una mística alrededor de nosotros que es algo bueno. Siempre es más fácil hablar de política que de ti mismo.

– ¿Hay algo más que la gente no alcanza a ver?

– Aunque nuestro trabajo es siempre jodidamente serio, en el día a día puede verse que lo hacemos divirtiéndonos. No siempre hay un sentimiento político tan fuerte. Eso es lo que el público ve, justo lo opuesto a la banalidad de lo que sucede en los camerinos.

– Aunque no tenéis que ver en ello, hay parte del público que sólo busca diversión con vuestras canciones.

– Sí, pero nosotros no nos escondemos. No es que disculpe a esa gente, la que sólo viene por la música. Sucede que en el mundo de la cultura hay mucho rock, y dentro hay mucho rock misógino y mucho rock escapista. Y hay muy poco rock que sea auténtica música de rebeldía. Así que creo que es necesario que esté ahí, emitiendo por lo menos desde nuestros amplificadores.

– ¿Y cómo os enfrentáis al hecho de que todos los periodistas tengan que preguntaros por la contradicción entre vuestra rebeldía contra el sistema y la utilización de una multinacional?

– Entiendo por qué lo preguntan, y creo que se debe a que destacamos por nuestra posición política. Una pregunta mejor sería a los otros grupos que están en multinacionales: “¿Por qué no hacéis algo con la gran exposición pública que tenéis para lograr algún tipo de cambio?” Mejor eso que atacar a un grupo que lo está haciendo para conseguir unos objetivos políticos. ¿Por qué no dirigirse a quién no lo hace?

Xavier Valiño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *