CAMPUS GALICIA ENTREVISTA COLDPLAY

ENTREVISTAS 2002

Coldplay, el último vals

El segundo álbum del grupo, A Rush Of Blood To The Head, ha tardado más en aparecer de lo que esperaban sus seguidores. Una vez más, el control que el grupo lleva de todo lo relacionado con ellos es lo que ha causado esta demora.

“Tenemos un control total sobre todo lo que hacemos, y para mí eso es algo muy importante a la hora de desarrollar nuestra personalidad y la música que hacemos”, aclara Will Champion, el batería. “Controlamos la grabación, los videos, la imagen de los discos, todo. No somos un grupo que se deje controlar, aunque contamos con gente a nuestro alrededor que siempre tiene excelentes ideas.”

Para este nuevo disco, Coldplay han contado de nuevo con el mismo equipo que les ayudó en Parachutes: Ken Nelson como co-productor y mezclador y Mark Phythain en la programación de los ordenadores. Todos quedaron satisfechos del resultado, excepto el propio grupo.

“Nos parecía que había algo que resultaba demasiado suave,” recuerda Johnny Buckland, el guitarrista. “Nos gustaba lo que habíamos hecho, pero decidimos dar un paso atrás, ver las cosas bajo una perspectiva diferente, y entonces nos dimos cuenta que no era lo que queríamos. Lo más fácil hubiera sido dejar las cosas como estaban y publicar un álbum que nos sirviera para aprovechar el gran éxito que en aquel momento estaba disfrutando el grupo, pero no lo hicimos. Ahora me alegro de haber tomado aquella decisión, porque tenemos en la mano algo con lo que vamos a sentirnos a gusto durantes los próximos dos años.”

Suficiente como para dejar un legado de dos discos impecables, algo que recuerda aquella afirmación de que, probablemente, sólo grabarían un par de discos antes de disolverse.

Chris Martin, el cantante, prefiere eludir el tema y continuar en la línea apuntada por su compañero: “El material que teníamos en un principio era bueno, pero no lo suficiente, así que volvimos a Liverpool, al pequeño estudio donde creamos gran parte del material de nuestro disco anterior. Allí estuvimos los cuatro con Ken y Mark. Dos semanas después ya teníamos listas varias nuevas canciones, entre ellas “Daylight”, “The Whisper” y “The Scientist”. Las grabamos realmente deprisa.”

Parece que en el proceso tuvo una parte importante Ian McCulloch, el líder de Echo & The Bunnymen, banda revivida para bien a finales de los 90. “Nos sentíamos totalmente inspirados y nos dábamos cuenta de que en aquel momento éramos capaces de hacer cualquier cosa que quisiéramos,” prosigue Chris. “No teníamos que crear temas demasiado acústicos, ni demasiado ruidosos. Tampoco teníamos que reaccionar contra nada en especial. Empezamos prestando una atención especial al trabajo de Ian McCulloch, y él nos decía: “Intentad esto, haced lo otro.” Nos aconsejó mucho acerca de lo que estábamos haciendo.”

Aunque el sonido del disco es perfectamente reconocible, este álbum resulta más duro que el anterior, tiene mayor variedad de ritmos y, también, más energía. “En nuestro disco anterior había una sensación mayor de miedo e inseguridad, algo que esta vez pasa mucho más desapercibido.”

Chris continúa avanzando más pistas: “Sí, hemos madurado un poco más, también hemos viajado más y conocemos a mucha más gente. Musicalmente también hemos escuchado muchas más cosas: Echo & The Bunnymen, The Cure, P J Harvey, Nick Cave, New Order… Durante los dos últimos años nos hemos convertido en una especie de esponja que absorbía todo lo que encontraba a su paso, musicalmente hablando. Hemos recogido muchas influencias, y eso es algo que ahora se puede apreciar muy bien en el disco. Gran parte del resultado final se basa en la mayor confianza que tenemos ahora, frente a la inseguridad y las preocupaciones del álbum anterior.”

En los últimos tiempos, el grupo se ha visto envuelto en distintas actividades relacionadas con Oxfam, una organización que intenta cambiar las leyes que rigen el comercio mundial, a favor de los países más pobres.

“Cualquiera que se encuentre en nuestra posición tiene una cierta responsabilidad ante determinadas cosas,” afirma Guy Berryman, el bajista. “Por extraño que pueda parecernos, mucha gente se fija en lo que decimos y hacemos, y todo eso puede ser una importante plataforma de comunicación para conseguir que la gente se fije en temas importantes. Para nosotros no supone un esfuerzo demasiado grande, pero si, además, con ello podemos ayudar a otras personas, mucho mejor.”

“Hemos compuesto este disco como si cada día fuera el último de nuestras vidas, como si quisiéramos entregarnos al máximo, haciendo las cosas lo mejor posible,” afirma Chris. “También hemos disfrutado al límite de todo lo que teníamos alrededor. Queríamos extraer de esta experiencia la mayor cantidad posible de ideas y sensaciones, haciendo las cosas con total convicción. En todo momento hemos sido conscientes de la excelente oportunidad que teníamos entre manos, y eso se refiere no sólo al grupo, sino también a las vidas de cada uno de nosotros en particular. Por supuesto, el disco habla mucho acerca de las chicas. Al fin y al cabo, ellas son lo más importante del mundo, ¿no?”

Xavier Valiño

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