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ARTÍCULOS 2001

The Strokes, el sonido de una ciudad

Is This It (RCA)

Ésta es la clase de la que están hechas las leyendas. El rock and roll nunca olvida, y cada pocos años un grupo lo reinventa de forma que pueda parecer algo novedoso y mantener el interés, con referencias a la decadencia y los ritmos contagiosos de The Velvet Underground, las voces rasposas de Iggy Pop, los ataques rabiosos de las guitarras de The New York Dolls, la elegancia de Televisión y un tanto de la actitud punk de 1977.

Es una fórmula que, bien hecha, consigue una fuerza inigualable. The Strokes son, para quien no los conozca a estas alturas, algo casi impensable dado el revuelo que han causado, un quinteto de Nueva York que están llamados a ser –y quieren ser- la próxima gran banda americana de rock and roll. Algo, por otra parte, no tan difícil en un mundo en el que arrasa el derivativo nu-metal o el punk adolescente sin gracia, y en el que The Strokes son, por lo tanto, una anomalía.

Su primer trabajo, el EP de tres canciones de la pasada primavera, The Modern Age, más crudo que su primer disco de reciente edición, consiguió la atención de la crítica inglesa –en su país aún son completamente ignorados-, que, inmediatamente, le dieron la bienvenida a su potencial como dignos herederos de un trono ya vació. En el 2001 tan sólo The White Stripes y Starsailor han conseguido la misma unanimidad en su reconocimiento como los mayores descubrimientos del principio de siglo, siendo todos ellos, unos absolutos desconocidos hace menos de doce meses.

Su disco de debut incluye la regrabación de aquellas tres canciones, las dos que iban en el single que le siguió Hard To Explain y siete nuevas, en las que demuestran que han aprendido bien la lección del rock underground. Como curiosidad, y debido, una vez más, a la supuesta sensibilidad de los estadounidenses, hay que reseñar que, después de los acontecimientos del once de septiembre, la canción “New York City Cops”, con su línea “No son demasiado listos” –en homenaje al ahora redimido alcalde Giuliani-, fue reemplazada allí por la menos conflictiva “When It Started”.

Con toda la expectación que se ha despertado a su alrededor, el título de su debut está más que justificado: Is This It? -¿Es esto todo?-. Ya con sólo cinco canciones editadas, The Strokes eran considerados los salvadores del rock & roll. Pocas bandas podrían haber superado las expectativas. No hay razón para preocuparse: Is This It? es uno de los discos de debut más excitantes y energéticos que han salido de los clubes de Nueva York en mucho tiempo.

De hecho, desde los tiempos de los Ramones, hace ya veinticinco años, nada igual se había visto en aquella ciudad. Y, lo que es más sorprendente, sus autores son jóvenes de familias acomodadas que se infiltran en los barrios bajos en busca de los ya suficientemente probados tópicos del sexo, drogas y rock and roll.

Éste es el sonido de aquella ciudad como siempre se supuso, en la que se pueden atisbar retazos de su sala más emblemática, el CGBG. Mejor aún, es el resumen de tres décadas de la música joven de Nueva York, y el sonido que puede que no volvamos a oír nunca más. Is This It golpea con la clase de energía nerviosa que durante tanto tiempo se ha echado de menos en la escena rock y, aunque sus influencias no sean nada nuevo, consiguen hacer enmudecer en cada nueva escucha.

En un recitado igualmente desesperado, el cantante Julian Casablancas parece sonar como si Lou Reed estuviera cantando a través de una conexión telefónica defectuosa desde el otro lado del Atlántico. Casablancas es un rocker de la vieja escuela, en la tradición de Mick Jagger, un joven que implora, absorbe y sangra por mujeres más hermosas, al tiempo que actúa como si nada le dejara satisfecho.

La banda, por su parte, va al grano tan urgentemente que a veces parecen enfrentarse a sus composiciones con la rítmica de un grupo de funk. El batería Fabrizio Moretti y el bajista Nikolai Fraiture siguen caminos sin complicaciones para lograr la fricción dramática necesaria, algo que “Trying Your Luck" prueba claramente. En consecuencia, los guitarristas Nick Valensi y Albert Hammond Jr. se sienten liberados para dejar caer riffs que recuerdan al Johnny Thunders más efectivo y a los minimalistas ingleses Wire en los finales atonales, como ocurre en “Hard To Explain”. La producción también contribuye, dando la sensación de que se está ante una grabación en directo, capturando el ambiente de un club. Tan elemental como el primitivo rock and roll, tanto que hasta se huele y siente el sudor.

Su más que evidente defecto es su escasa duración, 36 minutos, en una época en la que todos los músicos quieren demostrar que tienen recursos de sobra, aunque conviene recordar que los buenos discos de la nueva ola (The Jam, The Buzzcoks, The Undertones o Blondie, bandas que también están en su inconsciente) no estiraban sus grabaciones más allá de lo necesario. Por otra parte, Is This It envejece rápidamente, ya que no hay forma de sacarlo del reproductor. Ahí ya no queda claro si el mérito actúa en su favor, y a partir de este momento les va a ser difícil superar lo ya logrado. Ahora, sí, empezarán a sentir la presión.

Xavier Valiño

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