CAMPUS GALICIA ARTICULO SIMON AND GARFUNKEL

ARTÍCULOS 2004

Simon & Garfunkel, pulcro folk-rock

Old Friends, Live On Stage

El dúo folk-rock más famoso de los 60, Paul Simon y Art Garfunkel, firmó una serie de discos imprescindibles de aquellos años, empapados de armonías agradables y entonadas guitarras acústicas y eléctricas que se combinaban con la aguda pluma de Paul Simon. Siempre habitaron el extremo más pulido del espectro del folk-rock y, por ello, fueron a veces criticados por su falta de sustancia. Muchos incluso creen que Paul Simon, tanto como cantante como compositor, no llegó a florecer verdaderamente hasta que comenzó su exitosa carrera en solitario en los años 70.

Lo mejor de la producción de Simon & Garfunkel puede situarse tranquilamente al lado de lo mejor de Paul Simon, y está claro que el dúo fue progresando musicalmente a lo largo de sus cinco discos, desde las más limitadas producciones folk-rock de sus comienzos hasta los arreglos de influencias latinas y gospel que no eran más que un anticipo del eclecticismo de Simon en sus álbumes en solitario.

Evidentemente, una carrera se construye avanzando sobre un pasado, que, en el caso de Simon & Garfunkel, poco podía aventurar lo que llegarían a ser. Una década antes de su primer disco, lo que hacían no era más que emular a los Everly Brothers -ahora homenajeados con su presencia en el concierto que recoje este disco en directo-, con una actitud más juvenil si cabe aún, convirtiendo en algo más asequible los logros ya conseguidos por estos con anterioridad. Y no es que los Everly Brothers fueran la imagen de la revolución o de la experimentación.

Como Tom y Jerry tuvieron un pequeño éxito, “Hey Schoolgirl”, producto de la época en la que fue grabado, justo cuando los imitadores de Elvis Presley dirigidos a un público adolescente se hacían con el mercado.

Sus sucesivos intentos no llegaron a ninguna parte. Incluso se separaron, y Paul Simon lo intentó como compositor y ocasional intérprete bajo distintas encarnaciones. En el momento en que retomaron su colaboración, ambos estaban ya bajo la influencia del folk -muy en boga entonces gracias a, sobre todo, Bob Dylan-, aunque conservaban el instinto pop de Simon.

Su primer disco con el nombre de Simon y Garfunkel, Wednesday Morning 3 A.M., del 64, pasó desapercibido. Fue el también productor de Bob Dylan, Tom Wilson, que había sido decisivo en la reconversión eléctrica del bardo de Minessota, el que retomó una canción de aquel debut, “Sounds Of Silence” para embellecerla con guitarra eléctrica, bajo y batería.

A partir de ahí, con el single encaramándose a las listas, meses después de haber renunciado a seguir juntos, Simon & Garfunkel decidieron continuar y vivieron sus cuatro años de celebridad, siendo visitantes asiduos de las listas de éxitos con algunas de las mejores canciones folk-rock de la época, incluyendo “Homeward Bound”, “I’m A Rock” o “A Hazy Shade Of Winter”.

Los primeros discos del dúo eran un tanto erráticos, pero fueron ganando entidad al tiempo que Paul Simon agudizaba sus composiciones y al mismo tiempo que ambos se fueron aventurando y encontrando más cómodos en el estudio. Su ejecución de las canciones era tan pulcra que les costó encontrar su lugar en la era psicodélica, justo los años en los que editaron sus cinco discos.

No eran el grupo más rebelde, pero consiguieron hallar un camino para que sus canciones llegaran a diferentes segmentos de la audiencia pop y rock y a varios grupos de edad, no únicamente a los adolescentes, sin comprometer en absoluto su música. Parsley, Sage, Rosemary and Thyme, a finales del 66, fue su primer disco consistente. Bookends, en el 68, que combinaba singles previos con material nuevo, reflejaba su creciente madurez. Una de sus canciones, “Mrs. Robinson”, se convirtió en uno de los emblemas de la recordada generación de aquel año, debido sobre todo a la repercusión alcanzada por ser incluida en la banda sonora de la película El graduado.

La sorpresa llegó cuando la colaboración entre ambos empezó a decaer a finales de la década. Nada extraño si tenemos en cuenta que habían permanecido juntos la mayor parte de sus carreras y que ya habían disfrutado con anterioridad de periodos en solitario para explorar sus propios límites. Paul Simon se sentía limitado al trabajar siempre con el mismo colaborador y Art Garfunkel, que no escribía prácticamente nada del material en común -aunque hay que tener en cuenta que parte del atractivo del dúo estaba en su voz de tenor alto-, se sentía ensombrecido por el talento compositor de su compañero.

Su último álbum en estudio, Bridge Over Troubled Waters, además de ser su mayor éxito, se mostraba como el más ambicioso musicalmente de toda su trayectoria: por allí se dejaban caer percusiones tormentosas, arreglos orquestales diseñados con gusto en cortes como “The Boxer” o “El Condor Pasa” y los primeros pasos en el territorio de los ritmos latinos en “Cecilia”.

Desde entonces, tan sólo reuniones como el single de 1975 “My Little Town”, el concierto de 1981 en Central Park o la más reciente gira del 2003, la que sirve de base al material recogido en este doble compacto Old Friends, Live On Stage, ayudan a recordar aquellas canciones y a hacer más evidente que parte de su mérito estuvo en haber recogido como pocos el tenor reflexivo de aquellos años.

Xavier Valiño

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