BON IVER 2008

Bon Iver, el invierno de su descontento

 

Dos rupturas: con su grupo y con su novia. Una cabaña en las montañas. La posibilidad de escapar. Meses sin más contacto con personas que con su padre, esporádicamente. Cazando ciervos. Tocando con su guitarra. Al final, un primer álbum en solitario para Justin Vernon bajo el nombre de Bon Iver (algo así como Buen Invierno en francés). Su título: For Enma, Forever Ago (Par Enma, Hace para siempre). Folk crudo, en esencia. ¿Y cómo lo hizo?

 

¿Qué fue lo que hizo que te marchases a la cabaña de tu padre a finales de 2006 para componer tu primer álbum en solitario?

            – No tenía otro lugar al que ir y necesitaba salir de Raleigh, en el Norte de Carolina, donde estaba viviendo. Sabía que allí arriba había ciervos, que tendría carne de ciervos.

 

¿Por qué necesitabas salir de Raleigh?

            – Habíamos estado juntos en el grupo DeYarmond Edison  durante 10 años, muy cerca unos de los otros, y el grupo se disolvió. Fue muy duro. No tenía nada que hacer en la ciudad, y sin el grupo me encontraba perdido. Tenía un trabajo que odiaba en una cocina 10 horas al día. Tenía que marcharme.

 

¿Cómo pudiste mantenerte tanto tiempo en la cabaña sin ingresos?

            – Bueno, no necesitaba nada. Estaba allí arriba y cazaba ciervos. Cada 10 días mi padre me traía agua y sobras, carne o maíz, cualquier cosa. Comí más ciervo del que puedas imaginar.

 

¿Fuiste allí con la idea de hacer un disco?

            – No. Siempre llevo mis cosas conmigo, y me imaginé que tocaría la guitarra y cosas así, pero no pensé en hacer o grabar un disco. Sólo quería esconderme, tener algo de calma. Tenía la oportunidad de pasar algún tiempo maravilloso en la naturaleza, en un lugar que es bastante sagrado para mí. Había muchas cosas que tenía que aclarar. Y creo los bosques me dieron espacio para respirar, hurgar dentro y examinarme, tanto mental como físicamente.

 

¿Hablan las canciones sobre todo de una relación?

            – No. Se centran en un amor antiguo y perdido. Pero, como sucede en las vidas de la gente, las viejas relaciones a menudo tienen mucho que ver con las nuevas a medida que aparecen. Una gran parte del disco habla de mí creciendo, tratando de crear un nuevo amor y cayendo en él. Se trata de contar la historia de una última relación y de otras que colisionan con ella.

 

¿Es Emma una persona real?

            – Sí, algo así. La persona es real y el nombre es algo real, pero no totalmente. No te estoy mintiendo, no es su nombre auténtico.

 

¿Cómo se siente ella sobre el disco?

            – Es una historia lo bastante vieja. La gente cercana a mí, ella incluida, sabían que estaba pasando una etapa problemática. Los problemas dan una nueva perspectiva, los problemas crecen de viejos recuerdos y de esas relaciones pasadas. Todos los que me conocían sabían que estaba pasando una mala racha, trazando círculos sobre algún tipo de círculo de mediocridad en mi vida, y todo parece haber partido de ese viejo amor…

 

 

 

¿Eres un tipo solitario por naturaleza?

            – No, de hecho soy bastante sociable. Fui capitán del equipo de fútbol en la universidad. Pero a veces me sobrecargo y, entonces, necesito una semana solo sin hablar ni llamar a nadie. Soy muy consciente de lo que necesito en un momento dado, y creo que todo el mundo necesita pasar un tiempo solo.

 

¿Crees que la autosuficiencia emocional y práctica están conectadas?

            – Creo que sí. Mentalmente estaba bien. Si tenía frío cuando componía, tenía que ir y cortar madera para calentarme; si los platos estaban sucios, no me quedaba más remedio que limpiarlos. La gente tiene rutinas estúpidas en su vida, pero normalmente ninguna de ellas incluye un momento para no hacer nada. Sí, están conectadas porque en mi caso paso mucho tiempo examinando las cosas.

 

¿Qué más hiciste en tu retiro?

            – Hay un tractor y un cobertizo allí, y mi padre tenía una motosierra. Así que talaba árboles y cortaba madera. También hice un váter enorme y cavernoso en el cobertizo. Construí cosas en los árboles, sólo hice algunas faenas…

 

¿Tienes una justificación moral para cazar?

            – No, no la tengo, y entiendo que tenga que explicarme. Creo que hay quien caza para obtener un trofeo y hay quien lo hace por los motivos correctos. Matar un animal con tus propios medios, la experiencia que te da, te hace sentir más cerca de la tierra. Cuando lo haces, no es nada divertido. Te sorprende el poder que has utilizado. Después pasas por una experiencia humillante al tener que limpiar y despedazar un animal. La justificación es que si comes carne, ¿por qué no la consigues de un lugar completamente natural? Cuando matas a un animal, te sientes mal, tienes remordimientos y, después, te sientes contento por haber hecho algo extremadamente natural y seguro. Sientes que cuando te mueras podrás justificar mejor tu propia muerte.

 

¿Te impone la idea de darle continuidad a este disco?

            – No realmente. El punto clave de este disco es que he aprendido a hurgar dentro de mí. Siempre he escrito como alguien que busca y sigue, pero ahora siento que he encontrado El Camino, con una C mayúscula, cómo componer y cómo extraer cosas de mi psique. Ahora que tengo eso, todo lo que tengo que preocuparme es por cómo recrearlo. No he escrito nada para el próximo disco a propósito porque quiero sentarme y hacerlo de una sola vez, de forma que las canciones puedan crecer en un único contexto. No creo que el próximo álbum se parezca en nada a éste, y eso es algo bueno.

 

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