BIG BLUE BALL 2009

Big Blue Ball, el mundo global, el mundo real

 

Big Blue Ball es un extraordinario proyecto, notable por su visión y ejecución, y finalmente, también en su conclusión. Tras dieciocho meses de preparación, este disco surgió después de tres semanas de grabaciones en los estudios de Real World durante los veranos de 1991, 1992 y 1995. El título hace referencia a la descripción de la tierra vista por un astronauta que vuelve la mirada atrás: todas las divisiones son arbitrarias una vez que puedes ver el planeta como un todo. La misión consistía en extraer elementos desde todas las partes del mundo.

 

Big Blue Ball era también el título de una canción que Karl Wallinger aportó al comienzo del proyecto, canción que junto con las de Peter Gabriel “Burn You Up, Burn You Down” y “Everything Comes From You”, con Sinéad O’Connor, fueron grabadas durante la primera sesión y luego revisadas en años posteriores. El tema de Sinéad ejemplifica el modo como se realizaron las grabaciones. Fue compuesta en colaboración con Joji Hirota, percusionista y compositor japonés, y ex director de la compañía de teatro Lindsay Kemp.

 

“Una estupenda mezcla de estados de ánimo y culturas”, explica Peter Gabriel. Karl Wallinger, de World Party y The Waterboys, también recuerda: “Tenías una sensación increíble. Éramos diferentes productores en distintas salas de grabación: John Leckie, Phil Ramone, gente a la que respetas. Fue muy divertido sumergirse en ello. Yo tocaba la guitarra en una habitación y cantaba en otra. El resultado es como un muro de sonido que se aproxima a ti, escuchando al planeta desde el espacio exterior”, comenta acerca de la mezcla final.

 

“Es una visión ‘real world’ (‘mundo real’) de la música”, continúa Gabriel, “una instantánea de los continentes que hacen música en este momento. Creo verdaderamente que ha ganado peso con el tiempo, porque son músicos de todo el mundo tocando juntos y llevándose bien. Hay un aspecto icónico en ello que probablemente sea ahora más importante. Las cosas han cobrado un espíritu más partisano. Es un oportuno recordatorio de cómo puedes cooperar.”

 

Las ‘naciones unidas’ de músicos que participaron finalmente en el disco es apabullante. Además de los ya nombrados, están Natacha Atlas, Iarla Ó Lionáird y James McNally (ambos de Afro Celt Sound System), Papa Wemba, Joseph Arthur, Hukwe Zawose, Marta Sebestyén de Hungría, Tim Finn, Justin Adams, Jah Wobble, Billy Cobham, el grupo de gospel Holmes Brothers, el guitarrista flamenco Juan Cañizares y muchos más. Un total de setenta y cinco artistas procedentes de más de veinte países.

 

 

Peter Gabriel reconoce que el 80% del material surgió sin pensarlo. “Teníamos dieciséis o diecisiete canciones en total y eran varios los lideres en diferentes puntos mientras intentábamos dirigir esta locura” recuerda. “Yo estaba en el centro de operaciones, pero no era mi proyecto; era un proyecto comunitario”. El punto de partida común era siempre una composición rítmica determinada. “Cada uno empezaba con un tema rítmico de ocho minutos”, recuerda Kart. “Era lo establecido. Era la espina dorsal alrededor de la cual todo el mundo se movía. Era la parte no confesional del disco”.

 

No sorprende que se haya tardado dieciocho años desde la primera canción hasta la mezcla final. “Para cuando llegó la última semana de grabación, había gente poniéndose a punto para grabar por todas partes, gente en el cuarto de baño con una grabadora componiendo algo”. Se había acumulado un imponente montón de cintas. El proyecto estuvo a punto de hundirse hasta que el productor Stephen Hague se subió a bordo y empezó a cortar y seleccionar los mejores elementos y actuaciones.

 

“Era como estar haciendo una prospección”, recuerda Hague, “examinando cada canción meticulosamente para resaltar lo mejor de cada una”. Hague cita el tema “Habibi” como ejemplo. “Comenzó como una jam session de 18 minutos con Natacha y una impresionante sección de cuerdas improvisada sobre un fondo de percusión. Pero me costó mucho darle forma hasta que introduje algunos acordes en apoyo de las melodías de Natacha. Pregunté a Peter si me estaba alejando demasiado de las grabaciones originales, pero le gustó lo que estaba oyendo y me ayudó que dijera que quería lo mejor para cada canción y así hacer un gran disco, sin importar a dónde nos condujera todo ello”.

 

Con Tchad Blake incorporado al proyecto para la mezcla final, el disco por fin sale a la luz en verano. “Después de todos estos años, es un vino excelente listo para ser bebido. Hacer este disco ha sido lo más divertido que me ha pasado nunca”, asegura con convicción Peter Gabriel a pesar de tener detrás toda una larga trayectoria en Genesis y en solitario. “Me encantaría hacerlo otra vez”. 

 

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