BEASTIE BOYS

Beastie Boys, nuevas causas

 

Antes que nada, algunos titulares  de, más o menos, mayo de 1987, elegidos al azar para que puedas regocijarte y recordar: «Son ruidosos, desagradables y no tienen talento»; «Disturbios terroríficos en un concierto de rock»; «‘Están enfermos’, dice un diputado»; «Los Beastie Boys me escupieron a la cara»; y uno de los mejores: «Ídolos del pop se burlan de chicos moribundos».

 

Vilipendiados por los tabloides y perseguidos por todos los guardianes de las buenas costumbres hasta conseguir su linchamiento y enviarlos de vuelta a sus casas, la gira mundial de presentación de Licence To Ill trajo consigo un escándalo como no se veía desde los tiempos de los Sex Pistols, una década antes. En su propio país, las cosas tampoco fueron más fáciles, siendo acusados por políticos conservadores de comportamiento violento y sexual, teniendo que hacer frente a  varias demandas por incitar al crimen. Pocas bandas han causado tanto furor.

 

No es algo de lo que sentirse orgullosos, desde luego, pero nada había para escandalizar de aquella forma. Once años más tarde, The Beastie Boys están perfectamente asumidos por el sistema, en el que mantienen su propia revista, su compañía de discos y su imperio de moda repartido por todo el mundo. Además, se han ganado su buena reputación a todos los niveles por organizar cada año los conciertos en favor de la libertad del Tíbet, al que acudieron, en su última edición en Nueva York, cientos de miles de personas. Incluso existe una cátedra en la Universidad de Yale dedicada a ellos, y obras como la del genial Beck no hubieran existido nunca sin su influencia.

 

Es increíble que todo haya acabado así, sobre todo teniendo en cuenta que sus primeros discos en los 80 no mostraban demasiadas pistas de un perdurable talento musical. El cambió llegó en 1989 con Paul’s Boutique, en el que la banda logró un sonido mucho más innovador y actual con la ayuda de los Dust Brothers. Alguna revista lo llegó a calificar como el Pet Sounds para la generación del hip-hop. Ahí se forjó la base sobre la que los Beastie Boys han trabajado desde entonces y que todavía es evidente en Hello Nasty, su quinto disco.

 

Mientras el hip-hop actual ha quedado reducido a soul blando de relleno en las emisoras de color, Hello Nasty descarga de nuevo toda su artillería, aunque mucho más conscientes de lo que dicen. Para algo han madurado y se han establecido como padres de familia, responsables de varias empresas. No quiere decir que no se digan las mismas verdades ni que el sonido se haya dulcificado, porque el lenguaje sigue siendo igual de contundente y no han dejado de experimentar.

Xavier Valiño

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