ASTRUD & COL.LECTIU BROSSA: Lo nuevo
ASTRUD & COL.LECTIU BROSSA: Lo nuevo (Elefant)
¿Quién puede borrar de su memoria temas como “Noam Chomsky”, “Minusvalía” o “Cambio de idea”? ¿Alguien ha podido dejar de machacar en el reproductor alguno de los cinco discos de Astrud? ¿Se han hecho suficiente eco los libros de la trayectoria de este dúo que le dio al pop aires nuevos, de la manera en que han hecho otros como The Magnetic Fields, Momus, Saint Etienne o Alaska y Dinarama? Astrud son un grupo irrepetible, inclasificable. Su actitud, sus letras, sus estribillos, sus himnos han significado una seña de identidad para una generación del pop español.
Y ahora llega Lo nuevo. Un álbum en el que Manolo y Genís se redefinen y se replantean, juegan a los espejos y a las formas (otro “Cambio de forma”), y dan un salto al abismo musical acompañándose del conjunto instrumental Col·Lectiu Brossa para revisar muchos de sus temas más conocidos, con la ayuda de violín, chelo, vibráfono, acordeón y zanfona, y por supuesto, de la voz de Manolo y el sintetizador de Genís. El efecto es realmente original, increíble, impactante… Las canciones mantienen su inmediatez y puntería entre formas mucho más complejas y estructuras huidizas. Como si Solera llevasen a Erik Satie de arreglista. Como si Saint Etienne fueran versionados por Ravel. Como si los míticos Música Dispersa o Pep Laguarda i Tapineria acometieran un homenaje a Le Mans. Los que amaron aquellos temas en el momento de su lanzamiento, no cabe duda quedarán impactados por el renacimiento de todos estas composiciones.
Lo nuevo abre, sin duda, una nueva etapa en la carrera del dúo, que viene resumida en esta frase extraída de “Lo popular”: “Hay un juego de prefiguraciones y reflejos / y yo quiero ser espejo, y yo quiero reflejar / hay un hilo secreto, e invisible de tan fino / y yo quiero ser aguja, y yo lo quiero hilvanar”. Un replanteamiento de las formas para llegar a un juego de espejos lleno de escondites y descubrimientos. Sobran las palabras.
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