AMPARANOIA

Amparanoia, la voz versátil

 

 

Lo de Amparo no deja de ser simpático, cuando menos. Sus primeros gorgoritos ya tenían al blues y a artistas como Janis Joplin y Billie Holiday como referencia. Así estuvo un buen tiempo cantando en todos los garitos que le dejaban, demostrando lo que puede hacer su portentosa voz y paseándose por los estudios de grabación. De todas formas, pocos se enteraron. Un buen día hizo las maletas y se marchó a Madrid, donde descubrió los ritmos latinos. Y todo cambió. Hasta puede que el éxito le acabe acompañando antes o después, gracias a su festiva propuesta. De lo que no nos cabe duda es que su repertorio de estilos no se agota aquí. Ni mucho menos.

 

¿Cómo llegaste a grabar con Amaparo & The Gang?

– Empecé a cantar hace unos once años, aunque el primer disco que grabé fue precisamente el de Amparo & The Gang. A la grabación llegué a través de Servando Carballar, que era el director del sello La Fábrica Magnética. Primero le llegó una maqueta a sus manos, después vino a verme en directo y me fichó. Y de ahí a aquel disco.

 

Aquella banda tenía más influencias blues, ¿no?

– Sí, estábamos más centrados en el blues y, también, en la música negra. Yo estuve muchos años cantando música americana. Así en el primer disco había un reparto entre temas míos, clásicos de James Taylor, Johnny Winter y Ray Charles y, además, temas del compositor de 091, José Ignacio García Lapido. A él lo conocía desde hacía bastante tiempo y, cuando surgió la oportunidad de grabar el disco, me dijo que quería hacer unos temas para mí.

 

¿Cómo fue la aventura anterior al disco que ahora presentas, Ampáranos del Blues?

– También era una formación de blues en la que tocábamos clásicos, temas de Amparo And The Gang e, incluso, llegamos a tocar en Galicia con aquella formación. Hicimos muchas cosas con aquella formación por España, y tocamos también en Marsella o Marruecos. Era otra historia, a base de versiones. Ahora ya no compagino las dos: Amparanoia ocupa todo mi tiempo.

 

En el nuevo disco las dos referencias más claras son Billie Holiday y Antonio Machín. ¿No crees que este último nombre despistará a quien te seguía antes?

– Lo que pasa es que ha habido un cambio y una evolución que yo considero positivos. He dejado a un lado la música negra para empezar a descubrir ritmos más latinos, mediterráneos y mejicanos. Y Machín, que era la música que escuchaban mis padres, tenía bastante que ver con los ritmos de son, de rumba o de bolero que en mi disco se reflejan. Billie Holiday, por otra parte, es mi maestra.

 

¿Y el contacto con Manu Chao de Mano Negra?

– Sucedió que llegó a vivir a Madrid en el mismo momento que yo, cuando me fui de Granada. Nos conocimos en el barrio de Malasaña, tocamos juntos, salimos de marcha y surgió una amistad fuerte a través del punto de unión que es la música. Y al grabar el disco quiso estar también allí, de invitado.

 

¿Cómo fue la colaboración?

– En el disco compuso dos canciones, una a medias conmigo, y también pusimos la broma al final de «La semana», que es un trozo del «King Kong Five» de Mano Negra. Los dos tenemos varios proyectos juntos. Yo también hice cosas en el disco que grabaron como Radio Bemba, aunque es probable que ese disco no se edite por problemas entre ellos y que lo primero que salga sea como Manu Chao en solitario.

 

En el disco también aparecen corridos y rancheras. ¿Cómo llegaste a esos ritmos?

– Eso es algo que he descubierto en mí hace poco, tal vez por conocer a mariachis en Madrid. Más que nada, fue al llegar a Madrid, conocer otro tipo de músicos, desligarme de la etiqueta de cantante de blues y empezarme a abrir a otros estilos. Adaptarme a ellos ha sido muy fácil y El poder de Machín es el resultado de todo eso.

 

¿Fue la grabación tan divertida como parece por el resultado?

– Fue una grabación con muy buen rollo, de muchísima energía e ilusión. Se nota. Cuando la gente escucha el disco, le puede gustar más o menos, una canción u otra. Pero la sensación de energía se puede ver bastante clara. La prueba es que todo el mundo quería estar en el disco, y hay gente que se ha quedado sin poder participar.

 

¿Y el contacto con la gente que participa?

– Víctor Abundancia, de Los Coyotes, fue el que hizo todo el diseño de la portada, y yo le pregunté si quería cantar una canción. Con Nacho Mastreta vino porque estaba buscando alguien que tocara el acordeón en Madrid y yo a él ya lo conocía. Fueron todas casualidades.

 

¿Y la versión de Eddy Grant «La semana»?

– La elegí porque The Clash hacen una versión de esa canción que titulan «Police On My Back» en su disco Sandinista y The Clash siempre fueron uno de mis grupos favoritos. Además, estaba habitualmente en el repertorio y tenía que estar hay dentro en el disco. En directo también hacemos «La pared» de Bambino.  

 

¿Qué músicos te acompañan en directo, los mismos del disco?

– Sí, hay una banda base que somos siete personas y luego, si hay presupuesto y el escenario es grande, llevamos más gente. El guitarrista Robert Johnson es irlandés y vive en Granada. A mí me acompaña desde hace unos tres años.

 

¿Y cómo surgió lo de tocar en Marruecos?

– Salió por casualidad, como salen la mayoría de las cosas. Unos músicos necesitaban una cantante para un bar que se llama Villa Fandango. Yo llegué allí el primer año, sin conocer a nadie, y me hice un buen montón de amigos. Desde entonces voy todos los años, desde hace unos cuatro, como una semana. Veo a mis amigos marroquíes y canto. El repertorio es un poco especial: un año preparé clásicos de jazz, otro blues, otro acústico… Cada año preparo una cosa.

 

¿Crees que tu voz puede lucir más con el blues que con estos nuevos ritmos?

– No lo sé. No pienso que el estilo tenga nada que ver. Es el sentimiento, lo que tengas que comunicar, lo que tengas que decir. En mi caso, llegó un momento que como cantante de blues ya no tenía más que decir y cantando esto considero que sí. La respuesta es mucho mayor ahora, porque el repertorio es mucho más festivo y popular y emociona a la gente.

 

¿Piensas que este tipo de música está bastante indefinido en España, que las emisoras no saben muy bien como encajarlo?

– Creo que es un disco que se puede pinchar en diferentes tipos de emisoras y que puede llegar a mucha gente distinta. La única pretensión es llegar a la mayor cantidad de gente posible y que lo disfruten. En tal caso los prejuicios los tienen ellos, yo no tengo ninguno. Y se trata de ir abriendo camino.

Xavier Valiño

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